La caja alicantina y sus exsocios continúan hoy con las negociaciones que mantienen para disolver el Banco Base
El Banco de España se plantea trocear la CAM y vender activos de calidad como su red de oficinas, sin intervenir la caja alicantina, si no encuentra ninguna entidad interesada en comprarla o en fusionarse con ella, según informaron fuentes financieras. Al mismo tiempo, el supervisor también estaría dispuesto a ofrecer dinero del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a aquella entidad que aceptara aliarse con la alicantina, para encontrarle pareja. Mientras, los directivos de la CAM y su equipo jurídico se reunieron ayer en Madrid con sus exsocios –Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura– para decidir cómo disuelven el Banco Base y quién se queda su ficha bancaria, sin que lograran cerrar un acuerdo. Hoy volverán a intentarlo en un nuevo encuentro. Ante las dificultades que está encontrando el Banco de España para encontrar un banco o una gran caja que quiera adquirir la CAM, la última idea que baraja el supervisor es colocar un paquete de la red de oficinas de la CAM (con su correspondiente volumen de negocio) a alguna entidad con capacidad para asumir la compra sin dificultades, como el Banco Santander, al que le interesaría aumentar su presencia en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, las fuentes consultadas señalan que, para ello, o bien el supervisor debería hacerse primero con el control de la caja a través del FROB, o bien el Banco de España podría hacer de mediador, cerrar el acuerdo y luego, en última instancia, someterlo a la aprobación de la asamblea general de la entidad. No obstante esta no sería la única opción que tiene en mente el organismo supervisor. Ante la negativa de la gran banca, el equipo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez empezó a contactar con varias cajas y bancos medianos, como Ibercaja, Unicaja, pero también Bankinter y Banco Pastor, para sondear el interés de formar una fusión con la CAM, en la que recibirían fondos del Estado. Esta opción ofrece la ventaja de que el Estado no se convertiría en el principal accionista de la caja alicantina, cosa que sí ocurriría si el FROB aportara íntegramente los 2.800 millones que necesita la CAM para cumplir con los nuevos requisitos de capital del Gobierno. De hecho, esta es la alternativa que propone la propia entidad alicantina en el cuaderno que ha pasado a las principales entidades en su búsqueda de nuevos socios.
Menos riesgos Con esa fórmula, el Estado se convertiría sólo en un socio minoritario del nuevo grupo y en un futuro próximo, con la venta de esa participación, le resultaría más sencillo recuperar la inyección de capital. Asimismo, correría menos riesgo que ofreciendo a uno de los grandes bancos (posibles interesados en comprar la CAM) un esquema de protección de activos con el que el Estado cubriría posibles pérdidas. Los expertos consultados ven «imposible» que el Banco de España pudiera justificar una garantía de activos sin intervenir una entidad, porque se podría interpretar que facilita la compra de una institución que aún es solvente. La tercera y última opción que se baraja –aunque se considera muy «remota»– es que el Banco de España aceptara conceder parte del dinero, alrededor de 1.000 millones, como ayudas, tal y como recibirán las entidades tuvieron acceso al primer FROB, y los otros 1.800 millones serían los que computarían como inyección de capital. Esto también rebajaría el porcentaje de acciones que se quedaría el Estado. Por otra parte, los equipos directivos de CAM, Cajastur, Caja Extramadura y Caja Cantabria, acompañados de sus asesores jurídicos, pasaron ayer todo el día reunidos en Madrid sin que consiguieran ponerse de acuerdo sobre cómo disolver el Banco Base, la entidad que habían creado para aglutinar todos sus negocios, ni sobre quién se quedará con la ficha bancaria del mismo para poner en marcha su nuevo proyecto. Así, está previsto que todos ellos vuelvan a reunirse hoy para continuar con las conversaciones ya que, a pesar de lo ocurrido, los todavía socios –al menos legalmente– desean un final lo más amistoso posible. Además, no quieren que queden flecos pendientes que puedan entorpecer sus planes de futuro. En este sentido, los representantes de las cuatro cajas decidieron aparcar la junta general de accionistas que había convocada con el objetivo de aprobar la ampliación de capital para traspasar al banco todo el negocio financiero de sus propietarios, una operación que carecía de sentido después de la negativa a seguir con el proyecto de fusión que dieron las asambleas generales de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Sobre las cuestiones que se negocian, uno de los puntos de fricción sigue siendo quién se queda con la ficha de Banco Base, la autorización que concede el Banco de España para que una entidad pueda operar. Todos la desean porque aceleraría la tramitación de sus nuevos proyectos. No obstante, hay otros muchos aspectos jurídicos, como avales cruzados, que también deben resolver estas entidades. |