Las asambleas deciden mañana si dejan el 45% del control de la entidad en manos del Gobierno
CUARTAS/ D NAVARRO OVIEDO/ALICANTE Si CAM y Cajastur deciden seguir adelante con su fusión será el Estado quien se convierta en el principal accionista del grupo; Tal y como estaba previsto, el consejo de administración de Banco Base aprobó ayer la solicitud para que sea el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) quien le inyecte el capital necesario para cumplir con los nuevos requisitos de solvencia del Gobierno; sólo que en lugar del mínimo de 1447 millones de euros que le marcó el Banco de España, la entidad ha decidido pedir casi el doble, 2784 millones de euros. Con esta cifra, el FROB se convertirá inevitablemente en el mayor poseedor de títulos del banco, muy por encima de CAM y Cajastur, y dependiendo de la valoración que finalmente realice el fondo de Banco Base podría incluso acaparar más del 50% de todo el capital. Sin embargo, está por ver que el SIP continúe ya que, aunque la solicitud al FROB se aprobó ayer por unanimidad -a pesar de que la CAM era más partidaria de acudir a Bolsa para conseguir el dinero-, las discrepancias entre la caja alicantina y la asturiana se mantienen y podrían dar al traste con toda la operación. Al respecto, desde Oviedo pretendían que la entidad presidida por Modesto Crespo aceptase una reducción de su peso en Banco Base desde el actual 40% hasta el 27%, de forma que Cajastur mantuviese su preponderancia a pesar de la entrada del FROB, algo a lo que se niegan en Alicante. La decisión ahora está en manos de las asambleas generales de las cuatro cajas socias -las dos citadas además de Caja Cantabria y Caja Extremadura- que se celebran mañana. En ellas deben someter a votación la segregación de todo su negocio financiero en favor de Banco Base, lo que supondría convertir la integración en irreversible, una posibilidad cada vez más lejana. En cualquier caso, la solicitud al FROB se hizo para cumplir con el calendario marcado por el Ministerio de Economía y el Banco de España, ya que ayer expiraba el plazo para que todos los grupos que no alcanzasen los nuevos mínimos de capital presentasen un plan para obtenerlo.
Pruebas de esfuerzo europeas Fuentes próximas a la CAM no dudaron ayer en calificar de absolutamente desproporcionada y excesiva la petición de fondos realizada al FROB que, recuerdan, es casi el doble de lo que exigía el organismo regulador del sistema financiero español. Ven tras ello un intento del presidente de Cajastur y consejero delegado del SIP, Manuel Menéndez, por aumentar su control sobre el grupo. No obstante, la caja alicantina habría aceptado apoyar esta solicitud al encontrarse sóla en su defensa de una salida a Bolsa. Desde el otro lado, el principal argumento para reclamar una cifra tan elevada son las próximas pruebas de esfuerzo que realizará la Unión Europea y que se espera que sean bastante más duras que las del pasado año. Además, también temen que la morosidad de la CAM, que el año pasado ascendió hasta el 8,7%, siga aumentando y se necesiten más fondos para cubrir estos impagos. La principal consecuencia de este aumento en la cantidad solicitada es que el porcentaje de acciones que tomaría el FROB sería mucho mayor de lo previsto. Si el fondo aceptara la valoración que las propias cajas hicieron de su negocio (4.583 millones de euros), su participación llegaría al 38% y la de CAM y Cajastur bajaría al 24,8% cada una. Sin embargo, el Gobierno quiere que el precio a pagar por los títulos que compre el FROB se aproxime a su valor en el mercado, lo que significa que exigirá descuentos. De hecho, Economía ha contratado los servicios de Analistas Financieros Internacionales (AFI) para que fije dichos precios. En este sentido, una valoración "amable" fijaría esos descuentos entre el 20% y el 30% del valor de Banco Base en los libros. En este último caso, el FROB conseguiría el 46,4% de las acciones y las dos cajas de referencia descenderían hasta el 21,44%. Un descuento mayor del citado 30% dejaría al FROB con más del 50% del capital y las socias del SIP se verían obligadas a convertirse en fundaciones, según lo que marcha la ley.
La CAM, dispuesta a seguir A pesar de todo esto, desde Caja Mediterráneo reiteraron ayer su voluntad de seguir con la fusión en los términos establecidos en el contrato de integración, que fija una paridad en el peso de CAM y Cajastur en el accionariado. Por este motivo, la cúpula de la entidad reclamará mañana a los miembros de la asamblea general que voten a favor de la segregación de todo su negocio en favor del Banco Base, el último paso que le quedaba a fusión para ser efectiva de pleno derecho. Lo cierto es que la caja presidida por Modesto Crespo tampoco tiene muchas más opciones ya que bajo ningún concepto desea cargar con la responsabilidad de la ruptura. Incluso en el caso de que consiguiera algún tipo de acuerdo con Cajastur, si este modifica el contrato inicial resultaría muy difícil de aprobara mañana. Para introducirlo en el orden del día de la asamblea se necesitaría el consentimiento de todos los asistentes o, en caso contrario, convocar un nuevo cónclave para dentro de un mes. Mientras, los tres socios de la CAM reunieron ayer a sus consejos de administración para analizar la situación. Oficialmente, las cúpulas de estas entidades no tienen previsto realizar ninguna recomendación en uno u otro sentido en sus respectivas asambleas, pero todo hace prever que votarán en contra. Su intención sería seguir con el proyecto pero sin la entidad alicantina, aunque eso les relegase hasta el décimo puesto en la clasificación de las cajas de ahorros españolas -con la CAM son el tercer grupo- y rebajaría su volumen de activos hasta los 54.000 millones de euros, demasiado pequeño para salir a los mercados en solitario en un futuro. Sin embargo, desde el entorno de Cajastur se insiste en que, con las actuales cuentas de la CAM, ya no salen los números de la operación, a pesar de que no hace ni un mes que Banco Base aprobó la valoración del negocio de todas las cajas para la segregación de activos, sin que se pusiera ni una sola pega.
Los consejeros alicantinos preguntan por la situación
Las nuevas exigencias de Cajastur para que la CAM reduzca su peso en Banco Base y la situación de la entidad ante una hipotética ruptura fueron las principales cuestiones por las que ayer preguntaron los consejeros de la caja durante la preasamblea que se celebró en Alicante dentro de los encuentros preparativos para el cónclave general que se celebrará mañana. Al igual que ocurrió en Murcia y en Valencia la pasada semana, fue el subdirector general, Agustín Llorca, el responsable de resolver las dudas y de explicar la situación, ya que tanto el presidente, Modesto Crespo, como la directora general, María Dolores Amorós, se encontraban en Madrid para asistir al consejo de Banco Base. Llorca señaló a los presentes que la dirección de la CAM sigue apostando por seguir adelante con la fusión y que, por este motivo, a pesar de ser contraria a la solicitud de ayudas al FROB, mañana solicitará el voto afirmativo para la segregación de activos en favor del SIP. El subdirector general insistió en que la caja siempre ha cumplido con sus compromisos en todas las fusiones que ha realizado a lo largo de sus 136 años de historia y que en esta ocasión no será diferente. En el momento de celebrarse la reunión, no obstante, no había trascendido que la cantidad de capital solicitado al FROB era casi el doble de lo previsto. En la preasamblea también se analizaron las cuentas de la CAM del año pasado, en el que la entidad ganó 244 millones de euros, un 11% menos que en el ejercicio anterior tras provisionar más de 1.800 millones de euros para sanear su balance. El objetivo de este saneamiento era, precisamente, empezar la andadura de Banco Base completamente "limpia". d. n. alicante |