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Exterior de una oficina de Unicaja Banco. |
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Unicaja Banco será la próxima entidad en meter la tijera en su plantilla. Una vez completada la fusión jurídica con EspañaDuero (CEISS), firma que ya llevó a cabo varios ajustes en la crisis, planea un expediente de regulación de empleo (ERE) pactado con los sindicatos. La intención del banco andaluz es completar el recorte con bajas voluntarias.
El grupo que preside Manuel Azuaga ha convocado a los sindicatos para iniciar la mesa de negociación este miércoles. La convocatoria hace referencia a redimensionar plantilla, la movilidad geográfica y la modificación de condiciones. Fuentes del mercado señalan que el ajuste será profundo, de al menos el 10% de la plantilla, pudiendo alcanzar la cifra de los 1.000 trabajadores, lo que supondría el 14% de los casi 7.000 empleados que tiene actualmente. El ajuste será gradual durante los tres próximos años, según fuentes cercanas a Unicaja, coincidiendo con un proceso de digitalización a imagen y semejanza del resto del sector, que incluye cierre de oficinas. No todo el ajuste será necesariamente a través del ERE, sino que también continuarán sin reponerse gran parte de las bajas, como viene siendo habitual en la banca. En cualquier caso, desde la dirección del grupo siempre han asegurado que tratarán de buscar un amplio consenso y que no habrá decisiones traumáticas.
Dentro de la plantilla de Unicaja hay entre 600 y 800 personas ‘prejubilables’, con 56 años o más, según fuentes sindicales. Es decir, Unicaja tendría fácil cubrir un amplio ajuste con bajas voluntarias en función de las condiciones. Los sindicatos esperan que el ERE presentado sea por razones organizativas (como cierre de oficinas) y con condiciones atractivas, teniendo en cuenta que el último ERE de EspañaDuero aún no expirará hasta finales de este año, y tienen previsto negarse ante cualquier recorte salarial, además de recordar a la dirección que en plena salida de trabajadores de EspañaDuero ha habido contrataciones de temporales.
Unicaja busca con este ajuste mejorar su eficiencia. La ratio que se utiliza para medirla en el sector compara los costes con los ingresos. Esto es, cuánto cuesta generar un euro de facturación, con lo que cuanto más baja sea la ratio, más eficiencia. El último porcentaje publicado fue del 59,4%, que ha ido empeorando respecto a trimestres anteriores. Esta ratio está por encima (es peor) de los grandes bancos españoles cotizados, que oscilan entre el 47,6% de Banco Santander y el 57,1% de Banco Sabadell. Los salarios de Unicaja están en una media de 55.705 euros, según un estudio de CCOO, con lo que se sitúa en la media de la banca. La desigualdad, medida por las veces que multiplica el sueldo de la persona que más gana a la media de la plantilla, es de 14 veces. Mientras que la productividad por trabajador, según cálculos de este medio, es la más baja entre los bancos cotizados.
Caixa, 258696 |
Bankinter, 244767 |
Santander, 177542 |
Sabadell, 147936 |
BBVA, 129966 |
Liberbank, 129000 |
Bankia, 114230 |
Unicaja, 83864 |
Los datos de Bankinter incluyen Portugal
Por el contrario, Unicaja lidera el grupo de entidades cotizadas en solvencia, ya que exhibe una ratio de capital del 13,5%, frente a los niveles entre el 11% y el 12% de la mayoría de competidores, justo en un momento en que han sufrido un tirón de orejas desde los supervisores. En cuanto a las ganancias, el banco andaluz generó un beneficio de 104 millones entre enero y junio, un 39,6% más que en el año anterior. El margen bruto, por su parte, disminuyó un 12%, hasta los 492 millones, y la rentabilidad se situó en el 5,5%, lejos del coste del capital. La entidad tiene una elevada sensibilidad hacia los tipos de interés, por lo que el ‘precio del dinero’ al 0% penaliza su capacidad de generar ingresos. Por ello, la estrategia pasa por diversificar la base de ingresos con productos fuera de balance y elevar la eficiencia, en línea con lo que ha hecho la banca desde la crisis.
Dinámica de la banca
De hecho, la banca ha recortado el 30% de su plantilla y ha cerrado el 40% de sus oficinas en la última década, primero con la reestructuración de la banca que provocó la crisis financiera y después para mejorar su eficiencia ante la dificultad de rentabilizar la actividad tradicional de captar y prestar dinero con el entorno de los tipos de interés al 0%.
El banco con sede en Málaga tuvo en el segundo trimestre 6.916 empleados, según la última presentación de resultados, así como 1.196 oficinas. Estas cifras se han ido reduciendo de forma progresiva, desde los 7.200 trabajadores en diciembre y 7.353 en junio de 2017, o desde las 1.227 sucursales a finales del año pasado y 1.249 en el segundo trimestre de 2017.
De esta forma, la reducción ha sido del 5% interanual en plantilla y del 4% en la red de oficinas desde que empezó a cotizar. En este periodo, ha integrado definitivamente a EspañaDuero (CEISS), que adquirió en 2014. La entidad absorbida, que ya ha soportado cuatro ERE durante la crisis —el último bajo el paraguas de Unicaja—, supone algo más de un tercio de la plantilla del grupo, según fuentes sindicales. |