Cerrará 250 oficinas el próximo año, un 12% de su red, lo que supondrá la salida de entre 700 y 800 empleados. Se decidirá caso a caso si las bajas serán incentivadas o prejubilaciones.
Banco Sabadell va a llevar a cabo, como el resto de entidades ha hecho este año, un importante ajuste en su red de oficinas durante el próximo ejercicio. El número de sucursales se reducirá en 250, lo que representa cerca del 12% del total existente al cierre de este año. La medida supondrá la salida de entre 700 y 800 trabajadores. Los sobrantes, se señala en fuentes cercanas a la entidad, serán en buena parte reubicados o absorbidos mediante la no cobertura de bajas que se produzcan naturalmente o prejubilaciones.
Todos los grandes bancos nacionales vienen reduciendo su capacidad instalada con mayor o menor intensidad en los últimos años. En el ejercicio que ahora termina, primero Santander y luego Popular pusieron en marcha un proceso negociado con los sindicatos para llevar a cabo un plan de cierre de oficinas y reducción de plantilla.
Santander ha cerrado 450 oficinas y reducido la plantilla en 1.400 personas entre la red y el centro corporativo, y Popular reducirá la red en 302 oficinas y ha rebajado la plantilla en 2.536 empleados y trasladado a otros 200.
CaixaBank hizo lo propio dentro de un proceso continuado que viene desarrollando anualmente y que se centra en acuerdos de reducción de plantilla sin que ello implique cierre de oficinas. En abril firmó un acuerdo de prejubilaciones para 484 personas nacidas antes de 1959 y en septiembre cerró un plan de bajas voluntarias de 431 trabajadores. La entidad, no obstante, está rebajando el número de sucursales al poner en marcha algunas de mayor dimensión (conocidas como stores) que absorben el trabajo de algunas oficinas más pequeñas y cercanas.
BBVA, por su parte, ha procedido al cierre de algunas oficinas en este año y ha anunciado que hará lo mismo con 132 sucursales en 2017.
Banco Sabadell también ha hecho un ajuste de la red en 2016, al cerrar 91 de las oficinas que tenía hasta ahora. Pero su presidente, Josep Oliu, comunicó recientemente a los principales directivos del grupo que en 2017 se llevará a cabo el cierre ordenado de otras 250 sucursales con el consiguiente adelgazamiento de la plantilla, que se calcula estará entre 700 y 800 personas.
Caso a caso
El ajuste se ha decidido llevarlo a cabo a lo largo del próximo año e implicará posiblemente unos costes algo más elevados que si se abriera un procedimiento negociado con los sindicatos, porque se irá decidiendo en cada caso si los trabajadores afectados acceden a una prejubilación o se negocia con ellos bajas incentivadas.
El crecimiento de la digitalización operativa y el mayor uso de los canales alternativos de relación con el banco por parte de los clientes es la explicación que los responsables de la entidad dan a la decisión de acometer un ajuste de la red comercial de este relieve. Hay que tener en cuenta que la medida afectará al 11,83% del total de la estructura comercial del banco, situada en la actualidad en 2.113 sucursales.
Plan estratégico
El alcance del ajuste puede ser también una de las razones que han impulsado a los responsables de Banco Sabadell a no elaborar un plan estratégico a tres años a empezar a contar en 2017 y que se prolongaría hasta finales de 2019.
Los costes que una medida de este tipo implican repercuten directamente sobre los resultados ya que no son recurrentes, mientras que los ahorros que generan se van obteniendo a medida que se producen los cierres de sucursales y las salidas de las personas. En general, y salvo que el proceso se lleve a cabo de forma acelerada y en los primeros meses del año, los ahorros se dejan notar a partir del siguiente ejercicio mientras que los costes se producen de forma inmediata.
Y Sabadell tiene en 2017 un ejercicio complejo, porque al mantenimiento de los bajos tipos de interés que lastran los márgenes y a los costes derivados de la integración informática de su filial británica TSB hay que añadir las posibles repercusiones del Brexit, la necesidad de completar el saneamiento de algunos activos dañados y también los costes del ajuste de la red. Aunque hay que recordar que Lloyds se comprometió a pagar 450 millones de libras a Sabadell en el momento en el que se produzca el desenganche de su plataforma.
Todo ello tras un año en el que el banco debió reconocer que en lugar de alcanzar los 1.000 millones de beneficios atribuidos que preveía lo va a cerrar con una cifra cercana a los 800 millones.