La masa hipotecaria vinculada a esta figura contractual asciende a 46.400 millones de euros.
Entidades como Liberbank y el Sabadell serían las más perjudicados.
José Sánchez Mendoza
La actualidad económica, marcada por la más que previsible compra de deuda pública por parte del BCE, ha hecho caer el nivel del Euribor a la mínima expresión: actualmente se sitúa por debajo del 0,3% un valor nimio. Sin embargo, un nutrido grupo de hipotecados notará poco o nada en su cuota mensual la caída del indicador. La culpa es de las celebérrimas cláusulas suelo, convertidas ya en el símbolo de los abusos bancarios.
Esta figura contractual está siendo acorralada por un auténtico aguacero de sentencias judiciales en contra que ha logrado poner en jaque su misma existencia. ¿Por qué la banca se resiste como gato panza arriba a hacerlas desaparecer, a pesar de que lleva las de perder en los tribunales? Muy fácil: porque sería demasiado caro.
Según un estudio de Société Génerale (SG) citado por Expansión, la masa de crédito hipotecario atado a cláusulas suelo que poseen las entidades financieras españolas asciende a 46.400 millones de euros. Según los cálculos de la compañía gala, su absoluta eliminación supondría para las arcas de la banca un impacto de 780 millones.
SG señala que, entre los bancos que aún aplican cláusulas suelo, los que se llevarían la peor parte serían Liberbank y Banco Sabadell, con pérdidas de 82 y 238 millones de euros respectivamente y un efecto sobre sus márgenes de intereses del 18,1% y del 9,6% en cada caso. Caixabank perdería más dinero, 274 millones pero el daño porcentual sería menor (un 6,2%), mientras que el Banco Popular perdería 141 millones (5,3%) y Bankia 45 millones (1,4%).
En términos generales, el fin de los ''suelos'' hipotecarios privaría al sector bancario de cerca del 7% del conjunto de los ingresos que obtienen de las hipotecas y el 2,4% de su margen de intereses.
Estas cifras indican, según SG, que la posible eliminación definitiva de la cláusula suelo es un peligro para los balances de los bancos para este año, un ejercicio que además se adivina difícil para el sector financiero por los tipos de interés -que se encuentran en mínimos históricos- la fragilidad de la recuperación de la Economía y la cada vez mayor competitividad.
Las cláusulas suelo son un ingenio contractual consistente en un límite que impide que los hipotecados se beneficien de las bajadas del Euribor. Esta figura ha sido objeto de una fuerte controversia desde el inicio de la crisis. El pasado mayo, una sentencia del Tribunal Supremo estableció que las cláusulas suelo sólo eran válidas si las condiciones de las mismas eran "comprensibles y transparentes" para el usuario.
El Alto Tribunal declaró nulas las cláusulas impuestas por el BBVA, NCG y Cajas Rurales Unidas, sin efectos retroactivos. Desde el fallo del Supremo, la banca pierde casi nueve de cada diez procesos iniciados en los juzgados por esta causa.
SG puntualiza en su informe que los ''suelos'' presentes en las hipotecas concedidas a pymes no se verán afectados por la jurisprudencia del Supremo, ya que la herramienta normativa que se utiliza para cancelar las limitaciones a las bajadas de los tipos es la Ley de protección a los consumidores.