El caudal del río de Bankia amenaza con seguir creciendo y ya hay quien se barrunta que habrá consecuencias. A más de uno no le llega la camisa al cuello.
A la CNMV y el Banco de España ya los señaló el ICAC cuando multó a Deloitte con 12 millones de euros por sus trabajos para Bankia
Luis de Guindos ha provocado un ataque de pánico en el Banco de España y en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sus representantes han tardado muy poco en responder a las acusaciones del ministro de Economía, que dice que “miraron hacia otro lado” en el proceso de salida a bolsa de Bankia. No es que estén cargados de razones para defenderse, pero no tienen más remedio que salir a la palestra porque lo que está en juego es su credibilidad, que no pasa precisamente por su mejor momento.
Especialmente en el caso del organismo supervisor de los mercados, que hace mucho tiempo que decidió vivir sólo de puertas adentro,machacado por tantas acusaciones de falta de independencia (unas más fundadas que otras) y de llegar casi siempre tarde y mal a los asuntos realmente conflictivos (aquí hay más unanimidad) casi desde su mismo nacimiento.
A la CNMV y el Banco de España ya los señaló el ICAC cuando multó a Deloitte con 12 millones de euros por sus trabajos para Bankia durante la presidencia de Rodrigo Rato. Una sanción polémica, porque la auditora demostró que fueron encargados por el policía bursátil y el supervisor de la banca. Pero nada cambió la decisión, como nada ha modificado la posición beligerante de De Guindos sobre ambas instituciones.
Nunca un ministro de Economía había cuestionado tan a fondo a los dos grandes supervisores. Las acusaciones, referida a una etapa no tan lejana, tocan de lleno a algunos de las piezas clave de ambas instituciones. El caudal del río de Bankia amenaza con seguir creciendoy ya hay quien se barrunta que habrá consecuencias. A más de uno no le llega la camisa al cuello
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