En el sexto aniversario de la caída de Lehman Brothers, todos los supervisores y reguladores financieros sueñan con ser capaces de evitar que se repita una crisis como la que arrancó con la mecha de las hipotecas basura de Estados Unidos y se propagó por el mundo entero.
16.09.2014MADRID Alicia Crespo0
En los esfuerzos para lograrlo se inscriben la revisión de la calidad de los activos (AQR) y los test de estrés a los que el BCE y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han sometido a las principales entidades de la UE para comprobar la salud y fortaleza de sus balances, y consolidar la confianza de los inversores.
Estos exámenes son la puerta de entrada a la nueva era bancaria que se abre el próximo 4 de noviembre, cuando el BCE asume la vigilancia de los 120 mayores bancos europeos. Pero no sólo eso. Pueden ser el principio de un hábito. Sin que se conozcan todavía los resultados de la última prueba, el macrosupervisor en ciernes piensa a largo plazo. Quiere que los test de estrés vengan marcados en rojo en el calendario una vez al año.
«Aún no se ha adoptado una decisión definitiva. Pero cada vez cobra más fuerza la idea de que los test de estrés dejarán de ser un hito y tendrán periodicidad anual», explican fuentes cercanas al BCE. «Si las entidades creen que con aprobar este test de estrés pueden relajarse, se equivocan por completo», indican desde un banco al tanto de los planes de la institución.
De avanzar por esta senda, el organismo que preside Mario Draghi seguiría una vez más los pasos de la Reserva Federal estadounidense (Fed), que cada año lleva a cabo su Comprehensive Capital Analysis and Review (CCAR), referencia de cabecera para los ejercicios de resistencia a lo largo del planeta.
Su objetivo es "evaluar si los grandes bancos que operan en Estados Unidos tienen suficiente capital para mantener sus operaciones en tiempos de estrés económico y financiero, y que cuentan con procesos de planificación de capital robustos y con perspectiva de futuro para encarar sus riesgos», reza la Fed.
Planes de capital
Como parte de este ejercicio al que se somete a los bancos con más de 10.000 millones de dólares en activos, el organismo que preside Janet Yellen evalúa los planes de las entidades relacionados con la distribución de dividendos o la recompra de acciones. Y los autoriza o los rechaza para preservar la solvencia de la entidad.
El pasado mes de abril, Banco Santander aprobó el último test de la Fed, pero suspendió su plan de capital, por lo que tiene prohibido dar dividendos en Estados Unidos. Santander Holdings, la filial en el país del banco español, que integra el negocio de banca comercial (Santander Bank) y de financiación al consumo (Santander Consumer USA), prevé enviar a la Fed un plan de capital mejorado en enero de 2015 de cara a reanudar la retribución al accionista.
Es posible que el BCE también opte por imitar a su homólogo al otro lado del Atlántico en este punto y dé un salto de gigante en la asunción de poderes en cuanto al control de la solvencia de la banca. También tiene un ejemplo a seguir más cerca. Aunque bajo la forma de recomendación, el Banco de España limitó en 2013 el reparto de dividendo en efectivo hasta el 25% del beneficio.
Desde el minuto cero, Bankinter expresó su oposición a este tope, por considerarlo una intromisión a su soberanía que no atendía a su situación de holgada solvencia y perjudicaba su atractivo en los mercados. Otras entidades acogieron con alivio una medida que facilitaba sus explicaciones ante los accionistas.
Al prorrogar en 2014 el límite al reparto de dividendo en metálico, el Banco de España admitió excepciones para entidades con niveles de capital por encima de lo establecido, lo que se aplicó a la dirigida por María Dolores Dancausa, contraria al ''café para todos''.
En este contexto, el FMI le aconsejó al supervisor nacional que dejara de hacer recomendaciones –aunque todos los bancos las sigan a pies juntillas- y fije sus orientaciones por norma. Quizá con el nuevo macrosupervisor el organismo que encabeza Luis María Linde no vuelva a tener que lidiar en esta plaza.
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