Los expertos dudan de que la consolidación tenga alcance paneuropeo
Los directivos consideran, con matices, que se abre un nuevo marco de juego
José Luis Marco8 agosto 2014 / 06:00h
A tan sólo un mes para que se inicie la recta final de la pruebas de resistencia o tests de estrés del Banco Central Europeo (BCE) y se de paso a la supervisión única de la banca europea desde Fráncfort, las quinielas sobre nuevos movimientos corporativos en el sector bancario vuelven a dispararse. Eso sí, por el momento no se habla de nombres y los más proclives a fusiones son los ejecutivos de las propias entidades, que aspiran a que el campo de juego ofrezca una Champions League de las finanzas. Los expertos son más cautos y tan sólo prevén fusiones en determinados países, al menos por el momento.
Pedro Luis Uriarte, quien fuera consejero delegado del BBVA y el último que también tuvo la condición de vicepresidente del grupo que desde entonces preside en solitario Francisco González (FG), ya sostenía a comienzos del Siglo XXI (es decir, algo más de una década) que la autopista para las fusiones europeas de los bancos estaban trazadas y disponibles en cuanto levantara “la niebla” que las cubría e impedía verlas.
Desde entonces, las salidas de pista de algunas fusiones entre bancos de distintos países de la Unión Europea han predominado sobre las operaciones exitosas. Desde España, tan sólo el Santander ha logrado expandirse en algunos mercados, como Reino Unido y Polonia con compras de bancos, y con su unidad de financiación al consumo (Santander Consumer Finance) que le ha abierto algunos otros mercados, como el alemán. La proximidad de las pruebas de resistencia por parte del Banco Central Europeo (BCE) y su papel como supervisor único antes de finales de año parece haber despertado el interés por operaciones corporativas entre bancos de países diferentes de la Unión Europea.
La mayor predisposición a este tipo de operaciones es la que muestran los directivos de algunos bancos españoles, después de que el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ya adelantara hace algo más de un mes la “posibilidad de fusiones en el mercado europeo, como ya ha ocurrido en España” ante la sobrebancarización que se vive en algunos países de la Eurozona. Eso sí, Roldán matizó que no sería “un proceso inmediato” ni tampoco necesariamente entre bancos de países distintos.
Sin embargo, la tendencia dibujada por el presidente de la patronal bancaria ha sido recogida por varios consejeros delegados de los grandes bancos españoles, después de que Catalunya Banc fuera adjudicada a BBVA. Una operación que se presume como una de las últimas oportunidades domésticas tras el intenso proceso de reestructuración del sector bancario durante los últimos años.
Nuevo escenario
El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, reconocía que ahora todos los bancos están concentrados en las pruebas del BCE. “Cuando se superen, el marco de juego será europeo. Este es un negocio de economía de escala”, argumenta el número dos de una entidad nacionalizada que antes tendrá que devolver las millonarias ayudas recibidas.
El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, fue uno de los primeros en abrir las puertas a un nuevo proceso de fusiones, incluso en el nuevo marco de supervisión bancaria europea.
Menos entusiasta se mostraba el consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, que matizaba los posibles movimientos. “Si hay más concentración no será fruto de la crisis económica. Serán operaciones que respondan más a decisiones empresariales”, sostenía.
Esta tesis del número dos del Sabadell es muy similar a la manejada por el consejero delegado del BBVA. “Ahora se verán dinámicas más normales de negocio”, sostenía Ángel Cano al tiempo que volvía a reclamar “la transformación imparable” que supone el modelo digital de banca, el que siempre defiende FG, su presidente.
Cuestión doméstica
Las oportunidades que puedan abrirse con los resultados de las pruebas del BCE, al quedar al descubierto entidades con problemas para sobrevivir por sí mismas, se observan con una dosis de más realismo por parte de algunos expertos y fuentes financieras consultadas. Varios analistas coinciden en que las fusiones que se produzcan tras las pruebas del BCE tendrán un carácter más doméstico en algunos países, como Italia, Alemania o Francia. “La consolidación paneuropea no es tan evidente”, asegura el responsable de banca del departamento de análisis de Bankinter, Rafael Alonso.
De hecho, los sistemas bancarios francés e italiano, y en cierta medida el alemán, se han mostrado muy reacios desde hace años a la entrada de entidades foráneas aunque fueran de la Eurozona. Santander y BBVA se han topado en el pasado con numerosas barreras para consolidar su posición en bancos italianos.
Esa reticencia es la que esgrimen fuentes financieras consultadas. “El sistema bancario español siempre ha estado abierto a la entrada de competidores de otros países. Otra cosa es que ahora se planteen su retirada”, apuntan en clara referencia al repliegue de Barclays o Citibank. Además, “la niebla” de la que hablaba Pedro Luis Uriarte, no parece haber despejado del todo. El rescate del portugués Banco Espírito Santo (BES) ha despertado numerosas dudas sobre la salud real que puedan tener algunas entidades europeas.
A todo ello se suma, las diferencias culturales y de gestión entre entidades. “Si una fusión entre dos bancos españoles ya es compleja por su manera diferente de entender el negocio, las divergencias pueden ser más amplias entre firmas de países distintos”, añaden las fuentes consultadas.
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