Reconoce que habrá que llevar a cabo un ajuste de oficinas.
"En Madrid[...] no podemos trabajar con métodos tradicionales porque somos pequeños."
"Tenemos que reducir costes paulatinamente, de forma no traumática..."
ARTURO CRIADO
Tras la resaca del Día del Inversor celebrado en Londres, Jaume Guardiola nos espera en el edificio de la antigua sede del Banco Herrero, y que ahora es la filial del Banco Sabadell en Madrid. Fichó en 2007 por la entidad catalana procedente del BBVA, y nada más llegar al cargo le estalló la crisis financiera. Aguas turbulentas en las que ha conseguido mantener a flote el barco, y hacerlo crecer frente a sus rivales. Lo encontramos en su despacho de Madrid -que visita un día por semana- rodeado de papeles y en mangas de camisa -aunque para las fotos se pone la chaqueta-. Comenzamos hablando sobre lo duros que han sido estos años, y de que parece que lo peor ha pasado. Su prioridad ahora es poner en valor el cambio de perímetro que ha sufrido la entidad durante la crisis. Ha pasado del 2,5% al 7% de cuota de mercado, y gestiona unos activos superiores a los 170.000 millones de euros.
Guardiola nos explica que, de momento, no tienen pensado hacer más movimientos en España, aunque reconoce que habrá que llevar a cabo un ajuste de oficinas -tienen más de 2.000- para adaptarse a la demanda y los costes. Unas palabras que pronuncia mientras nos acomodamos en la mesa de cristal que preside su despacho. Se sienta mirando al ventanal que da al centro comercial ABC de Serrano, nos avanza que sus principales preocupaciones son las autopistas y el sector eléctrico. Aunque no parece ser algo que le quite el sueño.
Acaban ustedes de llegar de Londres. Allí han presentado ‘Triple’, el businessplan de Sabadell para los próximos tres años. ¿Cuáles son los principales objetivos?
El principal es conseguir que estemos preparados para dar el salto al exterior, sobre todo a Latinoamérica. Antes tenemos que conseguir velocidad de crucero en todas las unidades. Para eso debemos lograr que todo nuestro negocio converja con la rentabilidad histórica del Banco Sabadell, sobre todo en Levante, con la Caja de Ahorros del Mediterráneo y con Penedés, aunque nos ocurre lo mismo en Galicia con el Banco Gallego. A partir de ahí debemos ponernos a trabajar, fijándonos también en Madrid, donde tenemos mucho que hacer. Aquí debemos ser un banco retador, que haga las cosas distintas. Una entidad que mire al futuro de las relaciones bancarias, donde el cliente casi no pisará la oficina y que será multicanal. Nosotros no podemos trabajar con métodos tradicionales en Madrid porque somos pequeños.
¿Cuando dice banco retador significa que entrarán ustedes en una guerra por la captación de los depósitos de los clientes?
Seremos agresivos en precios, por supuesto. Pero, sobre todo, la experiencia del cliente con Sabadell será totalmente distinta. En los próximos años la banca tendrá clientes de muy diversos tipos: unos que acudirán a nuestras sedes, otros que vendrán de vez en cuando y otros que emplearán exclusivamente el canal on-line. En Madrid tenemos menos presencia, y queremos hacer otro tipo de banca que sirva de banco de pruebas para la reconversión que se avecina en el sector. Pero también debe ser una plataforma del desarrollo en Latinoamericana.
¿Cuáles son sus planes a la hora expandirse internacionalmente?
Empezaremos cuando las bases estén asentadas, de aquí a tres años. Primero hay que crear sinergias entre los negocios, analizar mercados… Latinoamérica será la clave. Ya tenemos experiencias en Miami, Santo Domingo y la República Dominicana, y sobre eso estudiaremos todas las oportunidades que se puedan plantear.
En las cuentas de 2013 no les ha ido mal. Logran 248 millones de euros de beneficio, casi el triple que el año anterior. Unos resultados que no son del todo comparables por las adquisiciones realizadas durante el curso, pero que parecen ser un síntoma de que lo peor ha quedado atrás.
Vayamos con cuidado. Al decir triplicar parece que son espectaculares, pero no es así. Es una rentabilidad sobre capital muy baja, aunque es cierto que marcan una inflexión respecto al pasado. Son unas cuentas pobres. Hay que plantearse nuevos crecimientos para conseguir unos niveles de rentabilidad que sean razonables.
Parte de ese crecimiento viene por la mejora de la rentabilidad de las últimas unidades de negocio incorporadas. Ganan también cartera de clientes, activos gestionados… Pero aumenta el gasto en partidas de personal y caen los márgenes. ¿Se plantean llevar a cabo algún ajuste en este sentido?
Debemos ganar en eficiencia. Nosotros y todo el sector, que ha vivido durante años en una zona de confort. Sabadell ha hecho los grandes ajustes nada más completar las compras, como ocurrió con la CAM y el Banco Gallego. Lo más importante, por tanto, está· hecho. Ahora necesitamos crecer en márgenes y comisiones. También tenemos que reducir los costes paulatinamente, de forma no traumática, y adaptándonos al mercado.
Quizá su compra más significativa ha sido la del Banco CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo). Sus números se han equilibrado gracias, en parte, a los 5.200 millones del Fondo de Garantía de Depósitos que recibieron. ¿Puede ser rentable?
El principal legacy de CAM es bastante común al sistema financiero en general: tiene un conjunto grande de hipotecas no protegidas y con bajas rentabilidades. Esto siempre es un obstáculo. El resto del balance -junto a las provisiones de pérdidas y la integración- viene convergiendo a niveles de rentabilidad positivos, sobre todo si conseguimos reducir la brecha que existe entre la rentabilidad del cliente de la CAM, y el Sabadell.
Los números de 2013 reflejan que el grupo tiene una tasa de mora del 13,6%, ligeramente por encima de la media del sector, que está en máximos históricos. ¿Cuándo tocará techo?
Si se observa la evolución de nuestra mora el año pasado, se puede ver que en el último trimestre hemos tenido una ligerísima caída. Es tan pequeña que podríamos decir que son señales de inflexión, de que algo está· cambiando. En nuestros presupuestos para este ejercicio estimamos que la morosidad cierre por debajo de los niveles de 2013.
Decía usted en Londres, y en la presentación de las cuentas del año pasado, que el crédito no volverá a la economía hasta 2016. Para eso quedan dos años. ¿Aguantará la tierra económica sin agua hasta entonces?
Una cosa es el conjunto del crédito del sector, donde el agregado de crédito caerá en 2014, se estabilizará en 2015 y arrancará en 2016. Otra es el flujo de crédito, que ya está creciendo tal y como vimos en 2013. El agregado del crédito -el bruto- tiene una masa enorme de hipotecas que van a seguir cayendo. ¿Por qué? Pues porque la producción no será como antes, la media de la hipoteca baja por el descenso de los precios y tampoco tenemos el crédito promotor -que en su mayoría está provisionado o se ha hecho una quita-. Tenemos una masa de crédito enorme que está cayendo y que no se va a recuperar nunca. Ahora bien: ya se están dando créditos. Lo vemos en el consumo y este año en las empresas. Obviamente no habrá crecimientos como los de antes, pero si la pregunta es si habrá oferta crediticia suficiente para sostener el arranque de la recuperación, la respuesta es que sí, claramente.
En este punto Guardiola hace una pausa, y reflexiona sobre lo acontecido durante los años del boom inmobiliario y del crédito barato. Una situación que hizo que los gestores bancarios perdieran las lecciones aprendidas en la escuela. Esto, nos explica, lo han pagado dramáticamente los accionistas de los bancos privados que han visto rentabilidades muy bajas Sin embargo, de cara al futuro es mucho más optimista ya que está· convencido de que se ha aprendido la lección, y viviremos años de rigor en la gestión de riesgos y la interpretación de los mercados
Le veo muy optimista en este aspecto. Hemos aprendido de nuestros errores, pero no sé hasta qué punto el sector financiero está totalmente saneado.
Lo está. Puede haber algunas situaciones particulares, pero en general está· todo hecho. Podríamos haber sido más unívocos en la dirección? Por supuesto que sí. Cuando lo analice la historia veremos que la reestructuración se ha hecho en cinco años y con una gran intensidad. Además, en noviembre tenemos unos test de estrés que los bancos españoles van a pasar bien. Y aunque nuestro supervisor ha sido cuestionado, este país ser· ejemplo a seguir por el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de vigilar al resto de los bancos europeos. Esto es algo que el mercado reconoce, y si no mire el valor en libros de las entidades financieras españolas. Está por encima del de nuestros colegas europeos.
Pero no me negará que todavía tenemos un problema con el precio de la vivienda…
Estamos empezando a ver algunas zonas donde los precios están subiendo. Nosotros intentamos hacer negocio promotor en los territorios donde hay una oferta corta pero existe demanda. Esto suele ocurrir, sobre todo, en suelos urbanos de gran concentración En algunos lugares, como digo, suben ligeramente los precios. En otros hay cierta estabilidad porque ya cayeron lo que necesitaban al existir mucho suelo; y hay otros que no valen absolutamente nada. Eran reservas valoradas como suelos para construcción, cuando debían destinarse a otros usos. Esos nunca tendrán valor.
Su división inmobiliaria es Solvia. Hay rumores de venta. ¿Están en lo cierto?
Hasta ahora, dentro del sector financiero, se han vendido plataformas de servicios inmobiliarios, no la titularidad de los activos. Esto es lo que nosotros estudiamos. Creemos que Solvia es un gran activo con valor industrial. No queremos que sea una mera operación financiera. Cuando tomemos una decisión concreta la diremos.
El precio de la vivienda es uno de los principales problemas del sector financiero. Ahora parece que se está solventado con la reforma financiera y las provisiones. Pero tenemos otros posibles problemas: las autopistas y la reforma energética, que amenazan con poner en riesgo las inversiones en renovables –sobre todo en fotovoltaica–.
En el caso de las autopistas, acaba de salir una propuesta de Fomento que tiene todo el sentido. Creo que dará viabilidad a las concesionarias y afectará a los acreedores de forma relativamente pequeña, pero debemos saber en dónde estamos. Lo del sector eléctrico es más complejo. Se ha publicado el nuevo reglamento. Lo estamos analizando, y es complicado que sea equitativo para todas las partes, así que habrá· discrecionalidad en las pérdidas Lo que me preocupa de todo esto es que decisiones de inversión adoptadas con un criterio de racionalidad económica, después no lo tengan. Esto supone una gran incertidumbre a la inversión, y este país necesita dinero que es lo que trae empleo y la entrada en el circulo virtuoso de la recuperación
Vamos, que reclama usted mayor seguridad jurídica en España…
Entiendo que las cosas se hacen con rigor y acompañamiento legal. Pero también debemos ser prudentes en los riesgos de las pérdidas que asumen los inversores, ya que hay demasiados cambios en los parámetros que acompañan a una inversión Esto puede hacer que los interesados decidan irse o, directamente, no venir.
Tras este aviso a navegantes pasamos a hablar sobre las reformas adoptadas por el Gobierno durante los dos ˙últimos años. Reconoce el consejero delegado de Sabadell que se han hecho muchas cosas, pero advierte de que no se puede parar el espíritu reformista.
Las dos grandes reformas de este Gobierno son la financiera y la laboral, que ya están en marcha. ¿Qué otras medidas echa en falta en este momento?
La reforma fiscal tiene mucha lógica. Debemos volvernos más modernos. Simplificar y reducir la presión sobre el contribuyente. Creo que la de la administración también es clave. Hemos visto ajustes en el sector público por la vía de la reducción salarial y de personal, pero se necesita también un cambio de gestión. Es difícil ver a una empresa que con el mismo output anterior a la crisis no haya sido capaz de bajar sus costes. Eso en la administración no pasa, y eso que baja el número de administrados. Se manejan criterios totalmente opuestos a los del sector privado.
¿Estos cambios en la Administración no se hacen por falta de voluntad política o por falta de experiencia?
Probablemente la rotación política es un obstáculo para hacerlo. Es necesaria, pero obliga a una visión cortoplacista. Se necesitan otras reformas en educación, justicia, partidos políticos, ordenación territorial… Pero son cambios profundos que a corto plazo no dan resultados, y eso para el político es un problema. Sin embargo, tienen tanto calado que son los que te pueden llevar en la buena dirección. Es necesario que haya una cierta perspectiva, porque empiezan a vislumbrarse síntomas de una sociedad agotada.
¿Echa en falta una mayor implicación social?
La sociedad está activa. Hay una sociedad ambiciosa, con ganas de cambio y consciente de ello. Vemos expresiones de una ciudadanía que quiere cambios. Quizá su expresión no es ordenada -aunque puede que eso sea sano- porque para eso están los partidos políticos, las asociaciones y otras fórmulas de participación. El problema que existe ahora mismo es que esa sociedad está golpeada por la crisis económica -de forma poco equitativa- y estaría bien que fuera escuchada.
No puedo dejar de preguntarle por el referéndum soberanista planteado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas. ¿Se llevará a cabo realmente?
La verdad es que no lo sé. Es un tema de políticos y nosotros ahí no entramos. Entre nuestros accionistas hay gente de todo tipo, y muchos de ellos ni sabrán de qué estamos hablando. Pedimos un escenario de diálogo y de búsqueda de marcos estables que permita desarrollar nuestro negocio. Previsión y estabilidad. El resto de escenarios no se contemplan. |