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Aunque el mayor esfuerzo se realizó en diciembre del año pasado, con el cierre simultáneo de más de 300 oficinas en toda España, SabadellCAM aún tiene deberes pendientes para cumplir con el compromiso que adquirió con las autoridades europeas para evitar que la absorción de la caja alicantina por parte del banco catalán distorsionara la competencia en el sector financiero español. En concreto, uno de los puntos principales del acuerdo exigía que la red resultante de la fusión de ambas entidades no podría superar a la que tenía por sí sola la antigua Caja Mediterráneo en sus territorios históricos –la Comunidad Valenciana, Murcia y Alicante–, lo que obligará a clausurar otras 20 oficinas antes de final de año, la fecha máxima fijada para acometer la reestructuración.
De esta forma, la territorial que dirige Jaime Matas quedará formada finalmente por unas 500 oficinas, de las que 256 estarán ubicadas en la provincia de Alicante, donde la entidad tiene su mayor base de clientes. Además, de acuerdo con el compromiso adquirido con Bruselas, SabadellCAM no podrá aumentar su presencia en la zona durante al menos los próximos dos años, hasta 2016, para evitar que acumule una excesiva cuota de mercado. 
No en vano, en la actualidad el grupo ya acapara más del 20% del negocio financiero en la Comunidad Valenciana, el 17% en la Región de Murcia y el 8,5% en Baleares, de acuerdo con las propias cifras facilitadas por la entidad.
Desde el banco señalan, también, que una parte de los cierres pendientes se deben a las adquisiciones que realizó el grupo tras la adjudicación de la CAM. Es decir, al incremento de la red que ha supuesto la incorporación del negocio de Lloyds en España y del Banco Gallego –ambas entidades tenían sucursales en la zona– y que ahora debe corregirse. El banco también aprovechará para reestructurar las oficinas que operaban con la marca Solbank, enfocadas principalmente a los residentes extranjeros.
Tras las protestas que ha generado el anuncio de los primeros cierres en algunos barrios de Alicante –en concreto en Vistahermosa y Juan XXIII– debido a las molestias que ocasionará a los clientes, desde el banco reconocen que las supresiones de oficinas «no es lo más socialmente aceptado» pero insisten en que es una obligación impuesta por las autoridades europeas de Competencia.
Al respecto, aseguran que se ha tratado en todo momento de minimizar la afectación buscando aquellas oficinas más próximas a otras y que se informará con tiempo a los usuarios. Es más, se muestran «abiertos» a encontrar «la mejor solución para paliar en lo posible los efectos de estos cierres».
Sin despidos
Desde SabadellCAM también señalan que las supresiones de oficinas no van a implicar nuevos despidos ya que la reestructuración de la plantilla se dio por finalizada con el ERE aplicado en el primer trimestre de este año. De esta forma, el personal de las sucursales clausuradas pasará a reforzar otras oficinas. En total, Bruselas exigió el cierre de 464 oficinas de la antigua red de Caja Mediterráneo en toda España, 100 más de las previstas inicialmente en la oferta presentada por el Sabadell. La CAM llegó a superar las 1.100 sucursales en su época de máxima expansión, aunque para la fecha de su intervención ya se había desprendido de más de 200 de ellas ante el avance de la crisis económica.

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