Una vez cerrada la ampliación, la cúpula del banco debe convencer al mercado de que el suyo es un proyecto de éxito. Sus nuevos accionistas se lo van a empezar a exigir desde ya.
El viejo núcleo duro catalán formado por Lara, Andic o Colonques deja paso a la nueva generación de ricos de origen latinoamericano que representan el financiero colombiano Jaime Gilinski o el mexicano David Martínez.
Banco Sabadell estrena nueva look en bolsa. Tras cerrar con absoluto éxito la ampliación de capital de 1.382 millones de euros, la entidad que preside Josep Oliú se enfrenta este martes a la gran prueba de fuego en bolsa, con la admisión a negociación de las nuevas acciones. Una avalancha de papel que el valor afronta en el mejor de los momentos, con la bolsa –y especialmente el sector bancario- muy caliente.
Será la hora de probar la fidelidad de los inversores que se han incorporado al capital del grupo al calor de un precio muy atractivo. Y también de medir el grado de aceptación del mercado a una doble ampliación que ha cambiado extraordinariamente el perfil del grupo duro del banco, que no podía pedir un nuevo esfuerzo a una vieja guardia ahogada por los números rojos generados por su apuesta por Sabadell.
El núcleo duro catalán formado por Lara, Andic o Colonques deja paso a la nueva generación de ricos de origen latinoamericano que representan el financiero colombiano Jaime Gilinski o el mexicano David Martínez. Un relevo que llena de dinero fresco a un banco que desde que empezó la crisis ha liderado un extraordinario proceso de concentración con la adquisición de la CAM como cima.
Esta ambiciosa ofensiva ha pasado factura al banco y a sus accionistas. Este mismo año, en plena recuperación del sector, la acción de Sabadell apenas sube un 3,5% y en los últimos doce meses sigue en pérdidas. Una vez cerrada la ampliación, la cúpula del banco debe convencer al mercado de que el suyo es un proyecto de éxito. Sus nuevos accionistas se lo van a empezar a exigir desde ya.
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