La comunidad aútonoma presidida por Mas contaba con 10 cajas y un banco y ahora sólo dos grupos son viables y otro será subastado
José Luis Marco.–
¿Sería viable un estado independiente viable sin un verdadero sistema financiero propio? A esta pregunta podría haberse obtenido una afirmación positiva en el caso de Cataluña hace un lustro, pero la crisis económica y financiera ha dejado el mapa bancario de la región en dos grandes grupos, Caixabank y Banco Sabadell, con la mayoría de su negocio fuera de la región con sus distintas adquisiciones recientes y con el punto de mira en mercados internacionales, y una entidad nacionalizada, Catalunya Banc, cuya subasta parece complicada para cerrarse a finales de año. A lo largo de la crisis, Cataluña ha visto cómo su diez cajas de ahorros y un banco se han reducido a tan sólo dos grandes grupos viables. Además, las distintas entidades con origen catalán han precisado más del 42% de las ayudas públicas recibidas por el sistema financiero español para su rescate.
Banco Sabadell, Caixabank y Catalunya Banc están entre las que más ayudas han recibido, junto a Bankia, que encabeza el poco honroso ránking tras integrar en su estructura a Caixa Laietana. Los responsables de Sabadell y Caixabank han mostrado siempre discretas distancias con los intentos independentistas de los políticos que gobiernan en Cataluña.
En plena resaca de la celebración de la Diada de Cataluña y la organización de su cadena reivindicativa por la independencia (que algunos fijan para 2014), algunos expertos se cuestionan si un potencial estado independiente, como pretende el Gobierno de Artur Mas y sus socios de Gobierno, es viable sin un sistema bancario propio. Sobre todo, cuando los activos de los dos grupos solventes, y de los mayores del sistema financiero español como son Caixabank y Banco Sabadell, casi cuadriplican el PIB regional.
El hecho es que Cataluña ha pasado, después de la intensa crisis económica y financiera, de contar con 10 cajas de ahorros y un banco (el Sabadell) a tan sólo dos grupos viables y una entidad nacionalizada, Catalunya Banc, en plena rampa de salida para ser nacionalizada si aparecen los esperados compradores por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria.
Si se suman la ayudas públicas para las entidades catalanas con problemas o aquellas que han adquirido de otras regiones, como es el caso de Caixabank o Sabadell, acumulan más del 42% del total de las inyecciones que se han materializado por distintos conceptos. El hecho es que Banco Sabadell (que ha integrado desde la CAM, a la red de Caixa Penedés que en un principio se fue al grupo BMN), Caixabank (tras las integraciones de Banca Cívica, cuyas ayudas ya han sido devueltas, Banco de Valencia y la díscola Caixa Girona), Catalunya Banc y Unnim (adquirida a precio de saldo por el BBVA) superan los 70.500 millones de euros, más del 42% del total destinado al rescate de la banca española.
Bien es cierto, que tanto Caixabank como Banco Sabadell se han comprometido en mayor grado con la reordenación necesaria del sistema bancario español que otros de los grandes grupos bancarios españoles. El Santander aún no ha participado en el rescate de entidad financiera alguna y el BBVA se desligó, desde el primer momento y hasta la fecha, en participar en la configuración accionarial de la Sareb o banco malo.
Con miras en el exterior
La aclamada independencia de Cataluña, apoyada por el Gobierno actual de Artur Mas y sus socios, no se ha visto con buenos ojos por parte de los responsables de los dos grandes grupos bancarios que se mantienen en esta región. Bien es cierto, que las críticas a las pretensiones independentistas no han sido muy explícitas en publico por sus máximos responsables que, en buena medida y como ocurre con la mayoría de los banqueros con el poder establecido, deben mantener las relaciones más cordiales que sean posibles en todo momento.
No obstante, el consejero delegado del Banco Sabadell, Jaime Guardiola, aseguraba a finales de 2012, justo después de la Diada que encendió aún más los ánimos independentistas, que no eran "conscientes" de que existiera un problema en ese sentido. Guardiola añadía, además, que el 80% de su actividad se encontraba fuera de las fronteras de Cataluña, un porcentaje que aún podría incrementarse con las últimas adquisiciones, como la de Banco Gallego.
Unos meses más tarde, en concreto a finales de enero y durante la presentación de los resultados anuales del grupo, el presidente del Sabadell, José Oliu, respondía a la pregunta sobre las intenciones independentistas de Cataluña, aunque ya era esperada tras las últimas escaramuzas en el Parlamento Regional, de manera muy clara: "No queremos choque de trenes ni una sociedad fracturada. El mejor marco para hacer negocios es la estabilidad y el diálogo".
La reciente entrada de dos nuevos accionistas significativos en el Banco Sabadell (el colombiano Jaime Gillinsky y el mexicano David Martínez) es otro ejemplo de que el grupo presido por Oliu no sólo tiene las miras puestas más allá de Cataluña, sino incluso de las fronteras españolas. De hecho, tras las masivas compras en el mercado doméstico, el banco se da por saciado y descarta más operaciones.
De igual manera se puede hablar de Caixabank o de su entidad de origen, La Caixa. El grupo presidido por Isidro Fainé fue de los que mayor expansión territorial inició hace años en el resto del territorio español y con las últimas adquisiciones (como la de Banca Cívica) han adquirido una mayor penetración en algunos territorios claves, como Andalucía. Desde hace años, Caixabank ha iniciado una tímida expansión internacional (México y China, por ejemplo) y, sin complejo alguno, ha patrocinado a la selección española de fútbol y más recientemente a la de baloncesto, después de que Bankia se viera impedido a seguir con el apoyo tras las millonarias ayudas recibidas por el Estado Español y por la Comisión Europea. |