Las entidades han reducido ya el número de trabajadores en más de 30.000 desde 2009, un 75% del total reclamado por Bruselas
Ya queda menos, pero aún hay ajuste por hacer. Hasta ahora, los recortes de plantilla han sido enormes. Mitad por obligación, mitad por la propia naturaleza del sector, sobredimensionado desde hace años al albor del boom inmobiliario que desembocó en una crisis sin precedentes. Una crisis global a la par que «doméstica» que sacó a la luz los excesos de un sistema que hacía aguas. Pero tras la aprobación de la ayuda monetaria europea, se cambió el chip. La banca española tenía que ajustar sí o sí. Menos oficinas, menos empleo. Con las cifras en la mano, el grueso de las «bajas» en la plantilla del sector en su conjunto ya se ha hecho.
Según ha podido saber ABC, desde 2009, el conjunto de las entidades financieras españolas han recortado sus plantillas en alrededor de 30.000 empleos, el 70% de lo que se prevé en total. La mayoría, a través de prejubilaciones y bajas voluntarias e incentivadas, en condiciones más ventajosas que empleados de otros sectores. Ahora bien, estos recursos parecen haberse agotado ya que, desde enero pasado, las entidades han recurrido a las facilidades que la reforma laboral introduce para despedir a los trabajadores con 20 días.
Al final de la reestructuración, el sector bancario español no sólo acabará con nueve grandes grupos y algunas entidades medianas o de nicho más. Acabará con un nivel de empleo similar al que había en la década de los setenta del siglo pasado. Con un total de 218.000 empleados, desde el pico de los 270.855 de 2008. Esas son las previsiones del sector, que van en línea con las peticiones de las autoridades europeas.
No en vano, el grueso de los recortes se han realizado, en la práctica, de forma obligada. Y es que desde que la Comisión Europea (CE) anunciara el pasado mes de noviembre que llegaba la ayuda económica para las entidades españolas que lo necesitaban, éstas empezaron a poner en práctica lo prometido. Desde Bruselas, con Joaquín Almunia a la cabeza —vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia—, y con el beneplácito del comisario de Economía, Olli Rehn, llegaban las instrucciones al Ministerio del ramo, Economía: las entidades nacionalizadas —Bankia, CatalunyaCaixa, Novogalicia y Banco de Valencia, comprado por La Caixa— estaban obligadas areducir su balance en más del 60% antes de 2017, una medida que suponía recortar en un 50% su red de oficinas.
Pero había más, aquellas que recibieran alguna ayuda pública también tendrían que ajustar. Al final, ocho entidades intervenidas o con dinero público se pusieron manos a la obra para empezar a pactar salidas con sus empleados. Un ajuste drástico que supone el 64,8% del que se realizará por el conjunto del sector. Bankia, Novagalicia Banco, CatalunyaBanc, Banco Ceiss (Caja España-Duero), BMN, Banco de Valencia y Caja3 diseñaban en sus planes un recorte en principio de 12.832 bajas. Liberbank, ha optado, por ahora, por suspensiones temporales de contratos y reducciones de jornada, más la supresión de beneficios sociales.
Sin prisa, pero sin pausa, han ido dándose «de baja» la mayor parte de los empleados del sector financiero español. Cuando todo acabe,habrán perdido su empleo un total de 43.348 personas. En números redondos queda por ajustar las plantillas de Bankia (en otras 2.500 personas), Novagalicia (1.000 más), CatalunyaBanc —que aún no ha iniciado las negociaciones con sus trabajadores, pero que, tal y como adelantó este periódico, este mismo verano empezará, e intentará seguir el modelo aplicado por Liberbank, pero sin evitar algunos despidos, 3.000 fueron los pactados con Bruselas—, Ceiss(otros 800 empleos menos), Barclays España (500) y algunas salidas más en Santander (tras la integraciónde Banesto y Banif, se habían estimado bajas de alrededor de 3.000 empleados) y en Caixabank(2.600 ).
Responsabilidad
Bankia se ha convertido en el alumno aventajado a la hora de cumplir sus compromisos con Bruselas, si bien ha intentado realizar los ajustes de forma pactada con sus trabajadores y en buenas condiciones. No en vano, el plan aprobado por las autoridades europeas hablaba de 6.000 bajas en plantilla, que no han sido despidos como tales. De hecho, los sindicatos pactaron con la dirección del banco nacionalizado un ERE que afectará a 4.500 personas, de los que quedan por salir aún 2.500. En el acuerdo se firmaron indemnizaciones de 30 días con un tope de 22 mensualidades para las bajas voluntarias, más una prima de 2.000 euros extra por cada tres años de pertenencia a la entidad. Además, hay otras bajas, que no despidos. Empleados de filiales que se venderán o se han vendido ya. Por ejemplo, la plantilla del City National Bank of Florida, que, tras vender el banco es asumida por el grupo chileno Banco del Crédito e Inversiones (500 personas), o los cien empleados que asumió uno de sus proveedores, IBM.
Otras de las nacionalizadas que sigue con su plan de bajas incentivadas y prejubilaciones pactado con Bruselas es Novagalicia, que, tras hablar de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 2.508 personas, cerró un acuerdo con sus empleados de 1.850, con 30 días de indemnización para las bajas voluntarias e incluyó la vía de las prejubilaciones. Faltan por salir, según fuentes conocedoras del plan,1.000 personas hasta 2017.
Deberes hechos
Otra de las entidades que se apresuró a hacer sus deberes fue Banco Sabadell, que en diciembre de 2011 compraba al Estado por el precio de 1 euro la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que había sido nacionalizada. Los requisitos fijados inicialmente por Bruselas exigían una reduccion de 2.200 personas. De esta cifra, se consiguio rebajar el ERE hasta 1.250 empleados gracias a prejubilaciones de Banco Sabadell y reestructuracion de filiales de CAM. A partir de aquí, la entidad pactó con los sindicatos prejubilaciones, bajas incentivadas y bajas voluntarias, con lo que finalmente el ERE se produjo «sin ninguna baja forzosa». En paralelo, resalta el desarrollo del plan de recolocacion puesto en practica para mitigar el posible efecto del expediente de regulacion de empleo. Ahora con la integracion de Caixa Penedés se han anunciado una 400 bajas mediante ERTE.
Pero la entidad que ha hecho un esfuerzo de reestructuración importante, dado su tamaño, ha sido el Grupo BMN, que se formó con una plantilla de 8.600 personas, y que, después de dos ERE y la venta al Sabadell del negocio de Cataluña y Aragón, se quedará en 4.100,aproximadamente un 50% menos, al igual que el número de oficinas, que era 1.700 se quedará en 800. La reestructuración total será de 4.500 personas.
En definitiva, el ajuste del sector está próximo a concluir, aunque aún haya tiempo hasta 2017. Aunque vista la tendencia que están marcando las entidades financiara, como pide Bruselas, con la connivencia del Gobierno, estará lista prácticamente en dos años. Lo que sí es cierto es que en cinco años el sector tendrá cerca de 14.000 empleos menos.
En níveles de hace cuatro décadas
El severo ajuste laboral que ha ido acometiendo la banca española desde que estallara la crisis, allá por el verano de 2008, ha hecho retroceder las plantillas del sector al nivel de empleo que había hace cuatro décadas. Esta es una conclusión a la que llega la federación del sindicato de banca Comfia-CC.OO., recopilando datos de AEB, CECA, Unacc y Banco de España, en la que se refleja que tras los ajustes de 2013, bancos, cajas y cooperativas de crédito sumarán 218.000 empleados. Una cifra que supone un descenso de 52.000 trabajadores desde los máximos alcanzados en 2008, y que se sitúa por debajo de los 220.000 trabajadores por primera vez desde 1975. Las más afectadas han sido las cajas, con casi 20.000 salidas desde el estallido de la crisis frente a la caída de 7.500 personas que han sufrido los bancos. Solo el área de cooperativas de crédito logra mantener prácticamente sus cifras durante la crisis, pasando de 20.940 a 20.026 empleados.
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