El Banco de España ha anunciado esta misma semana, a través de una carta remitida a todo el sector, que las exigencias de provisiones para los créditos refinanciados se van a endurecer. La intención del supervisor, que con estos cambios recoge una de las directrices de Bruselas, es que por defecto todas las refinanciaciones de la banca se califiquen como subestándar, es decir, con riesgo de entrar en morosidad
(EFE)
Las únicas excepciones serán aquellos casos en los que se puede demostrar que se trata de un préstamo normal, sin riesgo de impago y como consecuencia que no deba ser dotado, o directamente como dudoso, caso en el que tendría que ser provisionado en su totalidad. El supervisor ha dado de plazo a las entidades hasta el próximo 30 de septiembre.
En principio, el Banco de España espera que para la mayoría de las entidades el impacto en las cuentas de resultados sea reducido, si bien dependerá de cada caso individual. Y algunas firmas de análisis ya han comenzado a realizar las primeras estimaciones. Así, Banco Sabadell prevé que, en conjunto, el sector tendrá que realizar 3.400 millones de euros de provisiones adicionales tras reclasificar sus carteras de créditos refinanciados. El escenario que maneja la entidad es que "todo este crédito tuviera que clasificarse como subestándar (y por tanto llevar la provisión al 20%)" y asume que "la cobertura de los bancos cotizados sobre el crédito refinanciado (111.000 millones de euros) es del 17%".
Aun así, Banco Sabadell valora la noticia como "positiva", ya que dista del peor escenario que barajaba el sector al no fijar nuevos niveles de provisiones sobre los préstamos refinanciados ni forzar el reconocimiento de ese crédito como moroso.
Aunque algunos bancos todavía no han hecho públicos sus datos se estima que la cifra total de créditos refinanciados roza los 200.000 millones de euros.
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