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DAVID NAVARRO ALICANTE

 Al Sabadell se le ha acabado la paciencia. Tras casi un año de tira y afloja, la entidad ha dado por rotas las negociaciones con la valenciana Ros Casares y exigirá la ejecución de los créditos y el consiguiente embargo de los más de 400 apartamentos y locales comerciales que la firma aún tiene sin vender en el enorme complejo Ciudad Ros Casares, en la que el banco también tiene una participación accionarial del 20 %. 
Se trata de uno de los mayores "pufos" que el Sabadell heredó de los anteriores gestores de la CAM ya que, según las fuentes consultadas, la deuda pendiente de cobro rondaría los 230 millones de euros. Por este motivo, los ejecutivos catalanes trataron de lograr una solución consensuada y, tras un primer intento en mayo, ambas partes anunciaron un principio de acuerdo en agosto del año pasado. 
Según lo pactado, el Sabadell pasaría a tener el 100 % del capital de Ros Casares Espacios -la filial creada específicamente para promover el complejo- a cambio de absorber también la totalidad de la deuda. El acuerdo ya había recibido incluso el visto bueno del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que debe autorizar la operación ya que las posibles pérdidas que ocasione forman parte de los activos cubiertos por el esquema de protección concedido al banco cuando se adjudicó la CAM. La firma se descolgó con nuevas exigencias económicas que el Sabadell consideró inasumibles y dio al traste con el acuerdo. Al parecer, la compañía habría intentado aprovechar la situación para obtener liquidez para otras de sus sociedades, ajenas por completo al proyecto inmobiliario, algo que el banco no estaba dispuesto a conceder y que el FGD tampoco autorizaría. En los últimos meses se ha intentado reconducir la situación pero la empresa comandada por Juan Ros ha tensado demasiado la cuerda y ha acabado por desesperar a los gestores de la entidad catalana que, si nada lo remedia antes, solicitarán en breve la ejecución de los préstamos para poner fin a esta situación. Fuentes oficiales del SabadellCAM reconocieron ayer su "decepción" por la actitud de Ros Casares e indicaron que "las pretensiones de la firma han hecho imposible el acuerdo" como sí ha ocurrido con otras del sector. Fuentes de Ros Casares rechazaron realizar ningún comentario, informa J. L. Zaragozá.
Por otro lado, el Sabadell sigue deshaciendo los numerosos entuertos que se encontró al adjudicarse la CAM, sobre todo en el sector inmobiliario. El pacto firmado con la UE para dar viabilidad a la fusión obliga a la entidad catalana a vender o liquidar al menos 24 participaciones empresariales de este tipo antes de final de año y la sociedad que la antigua caja creó junto al polémico promotor Enrique Ortiz-Dreamview- ha sido una de las primeras en caer. El empresario y la entidad sellaron un acuerdo para disolver esta firma cuyo principal activo son 228.000 metros cuadrados de suelo rústico en Agua Amarga que Ortiz y los anteriores responsables de la CAM confiaban en recalificar para construir la Ciudad de la Economía.

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