La operación permitiría al grupo catalán sumar 461 oficinas y ganar cerca de 90.000 nuevos clientes
DAVID NAVARRO El Sabadell sigue aprovechando las oportunidades que le ofrece la reestructuración del sector financiero. Tras anotarse un importante tanto con la adjudicación de la CAM, que le permitió incrementar de golpe su volumen de activos en casi un 70%, ahora el grupo catalán ultima un acuerdo con BMN -el SIP liderado por Cajamurcia- para quedarse con la antigua red de Caixa Penedès (otra de las integrantes del citado SIP), lo que le permitirá sumar 461 nuevas oficinas en Cataluña y Aragón y ganar casi 900.000 clientes. Las negociaciones fueron comunicadas ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras insistentes rumores en las últimas semanas y, según las fuentes consultadas, el pacto podría estar muy cerca. El Sabadell podría absorber esta red pagando un precio muy reducido a BMN a cambio de poner el capital necesario para cubrir los requisitos mínimos de solvencia que establece la legislación para los activos que reciba, lo que podría suponer unos 500 millones, según los analistas consultados. Con esta jugada el Sabadell pretende repetir en su comunidad de origen lo mismo que logró en la Comunidad Valenciana y Murcia al quedarse con la CAM. Es decir, dar el salto de una entidad especializada en empresas a otra de carácter generalista y con la suficiente implantación para competir de tú a tú con los grandes del sistema. Por su parte, la operación permitiría a BMN reducir las abultadas necesidades de capital que detectó la auditoría realizada por la consultora Oliver Wyman a la banca española-2.208 millones de euros-, que podrían provocar su nacionalización si el banco presidido por Carlos Egea no logra el dinero por sus propios medios. El plan que la entidad ha presentado a Bruselas y que deberá ser aprobado el próximo día 28 incluye la venta de participadas, el traspaso de activos al "banco malo" y diversos ajustes con el objetivo de reducir la inyección del FROB a 500 millones, lo que le permitiría continuar en solitario. Así, aunque formalmente no recibiera ni un euro, el traspaso de la red de Caixa Penedès reduciría sus activos de riesgo y, por tanto, sus necesidades de capital. Además, con la operación también se ahorraría los costes de la reestructuración de esta red. El grupo ofreció el paquete de oficinas a diversas entidades a través del banco de inversión Nomura. Antes de su integración en BMN, Caixa Penedès contaba con un volumen de activos de más de 22.000 millones.
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