Portada > Prensa

D.N. ALICANTE
Los responsables de KPMG -la firma que ha auditado los balances de la CAM durante los últimos 20 años- tuvieron que hacer ayer un auténtico ejercicio de equilibrismo para justificar que no realizaran ni una sola salvedad en las cuentas de la entidad hasta después de su intervención y, al mismo tiempo, no dar la impresión de que los ejecutivos de la caja les habían estado tomando el pelo todo este tiempo.
Así, Julio Álvaro Esteban (que firmó los informes entre los años 20o2 y 2008), y Javier Muñoz (responsable de los ejercicio 2009 a 2011) aseguraron que, en realidad y frente a la imagen pública que se transmitía, las cuentas auditadas de la CAM sí fueron reflejando el progresivo deterioro de la caja a lo largo de los últimos años -por ejemplo, al recoger el aumento de créditos fallidos o la caída de las reservas- aunque reconocieron que las señales de esta degradación eran difíciles de ver "para los no entendidos".
Durante su comparecencia en la comisión del Parlamento autonómico que investiga la gestión de la CAM, Esteban trató de explicar de forma didáctica en qué consiste la tarea de un auditor: "Las cuentas anuales son como una fotografía que se hace de la empresa y nuestra tarea no es ni siquiera hacer la foto, sólo comprobar que lo que aparece se ajusta más o menos a la realidad", apuntó. "La foto de la CAM cada vez era más fea", añadió.
Así, frente a lo que asegura el pliego de cargos del Banco de España recibido por los exconsejeros y exdirectivos de la entidad -que sostiene que hubo prácticas tendentes a maquillar la realidad financiera y patrimonial de la caja desde el año 2008 al 2011, tal y como recordó la diputada de Compromís Mireia Mollà-, los socios de KPMG señalan que sólo se ocultó información en el balance de 2010. En concreto, los auditores únicamente reconocen que les engañaron con las titulaciones de créditos fallidos que hizo la exdirector general María Dolores Amorós ese año con el objeto de ocultar el incremento de la morosidad.

"Pérdidas significativas"
También explicaron que el hecho de que la CAM estuviera en 2010 dentro de un SIP permitió cargar contra reservas el deterioro registrado ese año por la entidad que, de otra forma, se hubiera transformado en "pérdidas significativas" ya en ese mismo ejercicio. Este criterio contable especial se ha aplicado también al resto de cajas de ahorros inmersas en fusiones.

Volver a la sección