Asegura que su función en la entidad era sólo «institucional» y habría rechazado tener poder ejecutivo porque no tenía «conocimientos»
M. HORTELANO | VALENCIA
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El expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Modesto Crespo, hizo ayer gala en Les Corts de su vasto curriculum en el mundo empresarial y económico. Pero el mismo argumento con el que inició su comparecencia en la comisión que investiga la situación de la entidad le sirvió para restarse responsabilidades como máximo representante de la caja. «La capacidad para dirigir la CAM me la dieron quienes me eligieron. Yo no tenía capacidad ejecutiva porque no tenía conocimientos. Si no, no hubiera aceptado el puesto», aseguró en sede parlamentaria.
Crespo, quien negó cualquier responsabilidad en la intervención de la caja alicantina por parte del Banco de España (BE) el pasado mes de julio, presumió, además, de haber dispuesto «unos niveles de transparencia muy elevados en comparación con el sector» y denunció que «con la CAM ha habido un especial interés» en acabar con la entidad. «La responsabilidad ejecutiva residía en otras personas, que eran los que tenían que ejercer la responsabilidad de llevar a CAM a buen puerto». El alicantino fue más allá. Lanzó dardos envenenados a diestro y siniestro en un día «en el que alguna entidad anda con problemas», en referencia a la posible intervención de Bankia, recordó que mientras la CAM se intervenía «otras entidades se nacionalizaban» y devolvió a la escena política al exlíder del PSPV, Jorge Alarte, para recordar que tienen una excelente relación gracias al apoyo que el socialista le prestó para ser presidente de la entidad. Todo eso en las casi tres horas que duró su intervención en la comisión que investiga qué llevó a la CAM a ser intervenida.
Crespo, quina pregunta reconoció que sus relaciones con el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, y con el exvicepresidente Económico Gerardo Camps era «magníficas» aseguró que «nunca» recibió presiones de ningún cargo político de la Comunitat ni de otras comunidades. Sobre sus dietas, de 300.000 euros por ser consejero de Tinser Cartera (una sociedad de CAM que no celebraba consejos de administración, según la oposición), afirmó que sus antecesores tenían esas mismas retribuciones. Pero Crespo seguía empeñado en responsabilizar al Banco base de cualquier asunto de la CAM. De hecho, aseguró que «si alguien ocultó información a los auditores, fueron los gestores». «Si los auditores se dejaron engañar. ,mal nos va a todos», dijo en referencia a la afirmación que sólo horas antes habían hecho los dirigentes de la consultora que auditó las cuentas de la CAM, también en la misma comisión, donde reconocieron que la entidad «ocultó datos de titularizaciones» en sus balances.
El portavoz del PSPV en la comisión, Ángel Luna, instó al expresidente de la caja alicantina a decir la verdad y reconocer «si le habían engañado o había sido cómplice de la mala gestión». De hecho, sobre las dietas que percibía Crespo, Luna lo acusó de mentir y aseguró que la decisión de pagar por asistencia a los consejos de administración de una participada de la CAM se tomó en una junta general en la que se sustituyó a un único administrador, «que no cobraba», por un consejo de administración presidido por él mismo. «O hay falsificación de actas, o cobró con efecto retroactivo» porque no había asistido a consejos, espetó Luna. En la misma línea, la portavoz de Compromís, Mireia Mollà, acusó a Crespo de «dejar un rastro de irregularidades allá por donde va» y cuestionó la ética «de alguien que cobra por algo a lo que no asiste». El portavoz de EU, Lluís Torró, recriminó al expresidente de la entidad que si no tenía «responsabilidad ejecutiva, tampoco debería tenerla para cobrar salario tan alto».
Por la misma comisión de investigación en Les Corts pasó también ayer el director del Instituto Valenciano de Finanzas, Jorge vela, que dejó en manos del Banco de España toda la responsabilidad en la inspección de la caja alicantina
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