El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) se ha ido vaciando en el curso de la reestructuración financiera; En la actualidad, tan sólo atesora 2300 millones de euros, de los que 1700 millones irán a parar al maltrecho balance de la CAM para su saneamiento
Eso significa que apenas quedarán 600 millones para el resto de entidades intervenidas y/o nacionalizadas cuyo futuro aún está pendiente de definir, como CatalunyaCaixa, Banco de Valencia o Novagalicia, una cantidad a todas luces insuficiente que suscita serias dudas acerca de cómo se encararán las siguientes operaciones; Existen varias opciones para intentar superar el cuello de botella, pero ninguna está exenta de contraindicaciones.
Por ejemplo, las autoridades europeas no verían con buenos ojos que el FGD se capitalizara a través de un préstamo del Frob, por entender que ello supondría una ayuda pública; reticencias que, por razones parecidas, también restarían fuerza a la fórmula de posibles emisiones de deuda del Fondo de Garantía avalada por el Estado.
Otras posibles vías serían el eventual incremento de las aportaciones de las entidades financieras al FGD o el adelanto de sus aportaciones, pero el sector, tras cuatro años de crisis y otros dos saneamientos, fusiones y recapitalizaciones, acumula ya un cansancio notable, sin olvidar que aún tiene que digerir la nuevas integraciones.
Un complejo escenario que pone en jaque uno de los principales objetivos del Gobierno, restablecer el tráfico crediticio, y que le obliga a mover ficha para evitar que la reforma financiera entre en punto muerto. |