El banco que preside Josep Oliú ha decidido desafiar al mercado con una operación que va a servir para medir las fuerzas de todo el sector financiero español; La ampliación de capital es una demostración de confianza
01/03/2012- Juan Prieto Soto
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Sabadell está sacrificando la cotización a corto plazo –es la más castigada del sector en 2012 con mucha diferencia dentro del sector- pero está apostando por convertirse en uno de los cinco grandes jugadores del mercado español;
Sabadell, que con la CAM ha ganado la batalla del tamaño, ha dado un paso adelante con una ampliación valiente; ¿Temeridad o visión de futuro? Puede que un mucho de las dos cosas, pero el que da primero da dos veces.
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Han pasado 15 largos meses desde la última ampliación de capital clásica de un banco en el mercado español. Entendemos por clásico aquel aumento de capital en el que una entidad emite nuevas acciones y las coloca en el mercado asumiendo el riesgo de que rechacen su oferta. Nada ver con esas otras ampliaciones tan habituales entre la banca española que han servido para hacer efectivo el canje de preferentes por acciones o que han atendido a la petición de los inversores de cobrar sus dividendos en títulos cotizados. Muchos meses después de que BBVA pidiera a los inversores 5.000 millones de euros para comprar el turco Garanti, Sabadell sale a la palestra para colocar 913 millones. Una operación que le servirá para consolidar la compra de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y que, quién sabe, puede ser utilizada para pescar en ese río revuelto que es el sistema financiero español. Pero, sobre todo, Sabadell ha sacado la vara de medir con esta operación. Venderá sus títulos a 1,32 euros, casi un 40% por debajo del precio de mercado del grupo, que inicialmente se cayó con fuerza en bolsa después de que los inversores analizaran los términos de la operación. Una ampliación que demuestra el escaso atractivo de las acciones de los bancos en estos tiempos que corren y, al mismo tiempo, que quien no arriesga no gana. El banco que preside Josep Oliú ha decidido desafiar al mercado con una operación que va a servir para medir las fuerzas de todo el sector financiero español. La ampliación de capital es una demostración de confianza. El banco cuenta con el apoyo de todos sus accionistas de referencia, que van a acudir para no diluir su participación, y prevé dar entrada a inversores valencianos en el capital para reforzar su compromiso con la región tras la compra de la CAM. Sabadell está sacrificando la cotización a corto plazo –es la más castigada del sector en 2012 con mucha diferencia dentro del sector- pero está apostando por convertirse en uno de los cinco grandes jugadores del mercado español cuando finalice el proceso de restructuración. Su gran batalla es con Banco Popular, con quien competirá a brazo partido por el quinto puesto del sector por capitalización bursátil cuando la ampliación termine dentro de un par de semanas. Los dos bancos medianos y Bankia valdrán en bolsa prácticamente lo mismo. El grupo que preside Rodrigo Rato es la gran incógnita dentro de un sector que en cuestión de días deberá definir su estructura definitiva, o casi. Su agujero inmobiliario y la batalla política en su seno hacen muy poco previsible el futuro inmediato de una entidad que sigue muy lejos en bolsa de los niveles a los que debutó allá por el mes de julio del año pasado a 3,75 euros por acción. El fuerte descuento que el mercado exige a Sabadell es la mejor metáfora de la realidad de los bancos españoles. Vender con un descuento del 40% es el reconocimiento de que nuestros bancos tienen un problema importantísimo a corto y medio plazo: la falta de visibilidad de sus márgenes y los resultados. Sabadell, que con la CAM ha ganado la batalla del tamaño, ha dado un paso adelante con una ampliación valiente. ¿Temeridad o visión de futuro? Puede que un mucho de las dos cosas, pero el que da primero da dos veces.
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