Entre las principales entidades, sólo BBVA aumenta su plantilla en España. Bankia y Banca Cívica, los que más recortan
01.03.2012 Madrid Michela Romani..
De 2008 a 2010, las entidades de crédito españolas destruyeron unos 13.280 empleos, un 5% de la plantilla total que se alcanzó en el ápice del boom. A falta de que el Banco de España publique los datos oficiales de 2011, el comportamiento de los principales bancos demuestra que el ajuste no sólo no ha terminado, sino que se intensificó el año pasado.
Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank, Popular, Sabadell, Banesto, Bankinter, Banca Cívica y Pastor eliminaron durante el pasado ejercicio 6.933 puestos de trabajo en España. El número total de empleados de estas entidades se quedó en 150.765 personas, un 4,4% menos que el año anterior, y representa alrededor del 60% de todo el empleo del sector.
Los recortes de plantilla van de la mano de los cierres de oficinas, mientras la banca va a contrarreloj para adecuar su estructura productiva a la menguante situación del negocio. En el primer trienio de la crisis, bancos, cajas y cooperativas cerraron 2.770 sucursales, a las que hay que añadir las otras 2.504 que se clausuraron en los primeros tres trimestres de este año. Los grandes del sector hicieron desaparecer este año 1.439 sucursales, hasta las 22.118, un 6,1% menos que al cierre del pasado ejercicio.
Bankia, el mayor ajuste El mayor recorte en términos relativos, tanto en personal como en oficinas, lo ha llevado a cabo Bankia, en pleno proceso de fusión de las siete cajas de ahorros que han confluido en Banco Financiero y de Ahorros (Caja Madrid; Bancaja; Caja Insular de Canarias; Caixa Laietana; Caja Rioja; Caja de Ávila y Caja Segovia). La entidad ha disminuido su plantilla en casi 3.860 personas y ha cerrado 853 oficinas.
Como consecuencia, sus gastos de explotación (en la presentación de los resultados no están desglosados los gastos de personal) se han reducido un 16%. Los costes de 2011, además, incluyen partidas extraordinarias asociadas al propio Plan de Integración, es decir extraordinarios que no se deberían repetir en los próximos ejercicios. De hecho, Bankia asegura que el impacto de las sinergias de coste de la fusión se notará más en las cuentas de este año. Le sigue en el ránking el otro banco, propiedad de un SIP, que salió a bolsa el año pasado: Banca Cívica. La integración de CajaSol al SIP que anteriormente habían creado Caja Navarra, Caja Burgos y Caja de Canarias ha dado un ulterior impulso a la reestructuración del grupo, que el año pasado recortó 1.118 empleos, un 12,5%, y cerró 157 oficinas, un 10% menos.
Los gastos de personal se redujeron un 3,7% y, sin contar los costes extraordinarios relacionados con la integración, el descenso roza el 4%. Aun así, Banca Cívica no ha acabado con el ajuste de personal. La entidad pretende reducir los gastos de personal en otros 150 millones de euros para finales de 2013 y está en proceso de negociación con los sindicatos para decidir cómo alcanzar el objetivo.
El otro banco que destaca por el ajuste de la plantilla es Bankinter, que en un año ha reducido en el 7,3% el número de sus trabajadores. La reestructuración ha llevado al banco a un duro enfrentamiento con los sindicatos, que han criticado que los recortes no se han llevado a cabo con las fórmulas tradicionales que se usan en banca (prejubilaciones; bajas incentivadas e indemnizaciones muy por encima de la media), sino con despidos.
Como muestra el gráfico añadido, la única entidad que se ha desmarcado de la tendencia al ajuste de plantilla ha sido BBVA. La explicación es que el banco que preside Francisco González se adelantó al sector en la reestructuración, así que durante la crisis no se ha visto obligado a tomar más medidas.
Los gastos El adelgazamiento de las plantillas aún no se refleja de forma clara en los gastos de personal que soportan las entidades, debido a los costes extraordinarios que estos recortes suponen en indemnizaciones y provisiones para prejubilaciones. Para el conjunto de entidades examinadas, los gastos de personal bajaron un 3,6%, hasta los 10.812 millones.
Sabadell, que registra una subida del 9% de esta partida, explica que el alza se debe, principalmente, a la incorporación en su perímetro de Banco Guipuzcoano, así como del Lydian Private Bank, en el segundo semestre del año pasado. Sin efectos extraordinarios, y a perímetro constante, los gastos de personal habrían bajado un 3%.
La entidad catalana también tendrá que seguir con los ajustes este año, cuando incorporará al grupo CAM, que adquirió en subasta a finales del pasado ejercicio. Sabadell ha calculado que tendrá que cerrar unas 300 oficinas tras absorber a la caja valenciana. No ha dado cifra oficial de recorte de personal, pero algunos cálculos apuntan a los 2.000.
En el caso de CaixaBank, para quien la subida de los gastos de personal ha sido del 2,7%, la explicación está en los costes extraordinarios de integración de Caixa Girona y Bankpyme. Popular y Pastor, que empezarán dentro de poco su integración, después de que el banco que preside Ángel Ron lanzara una opa amistosa sobre la entidad gallega, los gastos de personal casi no variaron el año pasado.
El ajuste empezará ahora a raíz de la integración y de las que puedan llegar en los próximos meses, ya que Popular ha dejado claro que quiere realizar más compras. Sin ir más lejos, esta misma semana se debería conocer si la entidad se ha adjudicado Unnim, la caja intervenida por la que ha presentado una oferta vinculante, junto con Ibercaja, Santander y BBVA.
Lo que falta por hacer Expertos, banqueros y autoridades coinciden en que en los próximos meses llegará el grueso de la reestructuración bancaria, tanto en personal como en red. Algunos estudios sitúan en hasta 30.000 los empleos que sobrarán en el sector, una vez que se haya llevado a cabo la nueva ronda de fusiones.
La reforma laboral recién aprobada por el Gobierno permitiría a las entidades financieras ahorrar mucho dinero para acometer estos recortes. No obstante, desde el sector recuerdan que los ajustes en banca se suelen llevar a cabo de forma pactada con los sindicatos y de la manera menos traumática posible. Aun así, la crisis asecha y los empleados bancarios podrían ver puestos en discusión los “privilegios” de los que han gozado hasta ahora. |