Varios ejecutivos del sector ven necesario rebajar en un 20% adicional las plantillas y el cierre de unas 8000 oficinas más por la extensión de la crisis
Tocan tiempos de ajuste en el sector financiero; Y lejos de las favorables condiciones que, históricamente, los trabajadores de la banca han obtenido por abandonar sus puestos de trabajo, ahora las salidas se pueden hacer de forma mucho más traumática; En la actualidad la banca tiene unos 250000 empleados, entre bancos, los grupos de cajas de ahorros y las cajas rurales. Sus servicios se prestan a través de unas 40000 oficinas, según los últimos datos del Banco de España.
Todas las fuentes coinciden en que en España sobra capacidad y que el sector debe reestructurarse. «Pero no se trata de una reestructuración, sino de una reconversión, como las de los años 80 en la industria», reflexiona un viejo ejecutivo del sector. Lo que viene va a ser duro
Nadie va a poner sobre la mesa las condiciones que se pactaron en las prejubilaciones de hace 18 meses, cuando se produjo la primera ola de fusiones de esta crisis. Entonces de las cajas de ahorros salieron más de 15.000 empleados.
La mayoría de ellos se prejubilaron con la garantía de cobrar al menos el 90% de su salario neto hasta que llegaran a la edad de jubilación y percibieran la pensión máxima.
Esos despidos se van a quedar cortos en comparación con la que se avecina, añaden dos ejecutivos de distintas entidades del sector. Según ambas fuentes, la banca debe prescindir en un futuro próximo de alrededor de 40.000 trabajadores.
La tesis la corroboró en público este mismo viernes el consejero delegado de CaixaBank, Juan María Nin, quien dijo que «queda pendiente casi con toda seguridad una reestructuración del 20%».
La cuestión es con qué condiciones abandonarán sus empleos estos trabajadores. «Lo vivido en 2010 no se puede repetir», dice una de las citadas fuentes, «no hay dinero para pagarlas». Los números cantan. Los cálculos de las entidades cifran en alrededor de 350.000 euros el coste de cada prejubilación. Si todo se hace como hasta ahora, los 40.000 ceses conllevarían cerca de 15.000 millones de euros. Es una cantidad inasumible para la banca.
¿Qué alternativas hay sobre la mesa?
Básicamente la de los despidos, ya sean vía no renovaciones de contratos o ceses a través de expedientes de regulación de empleo. En algunos grupos financieros españoles ya se están planteando hacer un ERE, bien de extinción de puestos de trabajo o, al menos, de suspensión temporal de jornadas. No hay negocio para tanto empleado, ni lo habrá en los próximos años. El crédito va a seguir cayendo. Con un ERE cada cese puede salir por algo más de 100.000 euros, según reconocen en la cúpula de distintas entidades. Los sindicatos se oponen a esta vía. Con ella, la factura global para el sistema podría reducirse a unos 4.000 o 5.000 millones de euros.
«Ese precio es asumible a través de las sinergias que se pueden obtener en las fusiones y con los beneficios», sentencia un ejecutivo. |