Urgida por el Banco de España, Roberto López Abad empezó una ronda de contactos para buscar socios. CAM rechazó la propuesta de unirse al SIP encabezado por Rodrigo Rato porque quería liderar una fusión, siendo como era la cuarta caja de ahorros española.
La adjudicación de la CAM al Sabadell cierra un periplo de la caja alicantina de dos años en los que buscó -y le buscaron- pareja, al principio con muchas ínfulas por parte de sus dirigentes y al final, a la desesperada, cuando su situación se reveló inasumible para cualquier entidad. A finales de 2009, la Generalitat advertía de que la CAM podría entrar en pérdidas en 2010 y obligaba a sus directivos y a los de Bancaja a estudiar una fusión entre ambas. Los análisis que encargaron demostraron pocos meses después que la operación era inviable porque suponía concentrar el alto riesgo inmobiliario que las dos cajas tenían.
Urgida por el Banco de España, la entidad entonces presidida por Modesto Crespo y dirigida por Roberto López Abad empezó una ronda de contactos para buscar socios. El regulador se la ofreció a La Caixa, que la descartó, y posteriormente a Caja Madrid, pero la alicantina rechazó la propuesta de unirse al SIP encabezado por Rodrigo Rato porque quería liderar una fusión, siendo como era la cuarta caja de ahorros española.
Sin embargo, su situación financiera -la conocida en abril de 2010, aún con beneficios- y las prisas no disimuladas la situaron en una posición de debilidad a la hora de negociar con Caja Murcia, primera opción con un SIP al 50%, rechazado por Crespo y López Abad porque la entidad murciana quería la gestión. Tampoco fructificaron las negociaciones con la vasca BBK, que exigía tener la mayoría.
Con Cajastur
Tras ofrecerse a otras entidades sin llegar a entrar en negociaciones, como Ibercaja, fue el Banco de España el que creyó encontrar la solución en uno de los SIP que se estaban creando, el de Cajastur, dirigido por Manuel Menéndez.
El acuerdo, anunciado en mayo del año pasado, suponía la creación de un SIP en el que Cajastur y CAM tenían un 40% cada una y el resto se lo repartían Caja Extremadura y Caja Cantabria. La fusión llegó a materializarse en la creación de un banco, pero los tres socios de la CAM abandonaron el barco en el último momento, en marzo de 2011, al sospechar que las cuentas de la caja alicantina eran mucho peores que las que conocían.
El Banco de España les vino a dar la razón al intervenir la caja en julio, después de cuatro meses en los que la CAM negoció la entrada del fondo norteamericano JC Flowers, que se retiró al no obtener garantías del regulador frente a las posibles pérdidas. Nadie más estuvo dispuesto a asumir tan pesada carga, y la caja fue intervenida.
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