Los posibles compradores aseguran que su interés por la entidad alicantina se mantiene pero la recapitalización impuesta desde Bruselas complica la obtención de los fondos necesarios
Las nuevas exigencias de capital a las grandes entidades europeas llegan en el peor momento posible para la CAM, que ya se enfrentaba a una subasta bastante complicada antes de que la mitad de sus posibles compradores -BBVA, Santander y Caixabank- se viesen obligados a generar nuevos recursos propios para alcanzar los mínimos legales. Aunque los máximos responsables de estas entidades rechazaron ayer que la recapitalización impuesta desde Bruselas vaya a disminuir su interés por la caja alicantina, lo cierto es que, como mínimo, hará más difícil que puedan disponer de los fondos necesarios para la operación e, incluso, dificultará al resto de interesados -Barclays, Ibercaja, Sabadell y JC Flowers- que puedan conseguir el dinero para la compra. Al respecto, no se espera que nadie pague al FROB los 2.800 millones de euros que ha inyectado en la CAM, pero el comprador necesitará invertir al menos 2.000 millones para integrar los activos de la entidad en su balance y mantener sus números dentro de los parámetros legales. En este sentido, el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, que aspira a quedarse con la CAM a través de Banesto, señaló durante la presentación de los resultados trimestrales del grupo que no cree "que vaya a modificarse la actitud de las entidades que están estudiando acudir a la subasta". Unas declaraciones muy coherentes con el mensaje de tranquilidad y de restar importancia al varapalo sufrido que ayer se esforzó por transmitir todo el sector financiero español, aunque en privado la opinión mayoritaria fuera muy distinta. En la misma línea, el director financiero de BBVA, Manuel González Cid, aseguró que las nuevas exigencias de solvencia "no necesariamente" perjudicarán a la venta de la caja. Sin embargo, González Cid reconoció implícitamente que la necesidad de reforzar sus recursos obligaría al banco a recurrir a una ampliación de capital para afrontar la compra de la CAM, que antes habría podido realizar con sus propios medios. No obstante, "si tenemos un proyecto que genera valor y necesitamos capital adicional, el mercado estaría absolutamente disponible para apoyarnos, si el proyecto merece la pena", defendió el directivo. En esta misma situación de tener que ampliar capital para comprar la caja se encontraría el banco presidido por Emilio Botín, según las fuentes del sector consultadas. La Caixa tendría muchos menos problemas, ya que sus necesidades de capital adicional son mucho más reducidas, de sólo 602 millones frente a los 14.970 del Santander o los 7.087 del BBVA.
Los beneficiados Sobre el papel, quienes salen ganando con la decisión de los jefes de Estado y la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) son las entidades de tamaño medio, a las que no afectan los nuevos mínimos de solvencia, según confirmaron ayer desde el Banco de España. Así, tanto el Sabadell como Ibercaja tienen ahora más opciones de competir contra las ofertas de los grandes, para regocijo de los sindicatos de la CAM, que tienen depositadas sus esperanzas en la caja aragonesa para mantener el mayor número de puestos de trabajo y la Obra Social. También sale beneficiado el fondo "buitre" JC Flowers, igualmente exento de la nueva legislación. Sin embargo, en la práctica la recapitalización europea también tendrá consecuencias para estos candidatos ya que, precisamente por su tamaño, deberán recurrir igualmente a ampliaciones de capital para "digerir" la CAM, y "lo harán en un momento que habrá muchas entidades de todo el continente compitiendo por esos mismos recursos en los mercados", apuntan desde un importante banco español. Es decir, también para ellos se encarece la operación. Con este panorama, el candidato mejor situado tras el "tsunami" de la cumbre europea es el Barclays. Aunque es un banco considerado sistémico, como Santander o BBVA, el británico supera con creces la nueva ratio de capital de máxima calidad -acredita más de un 10%- y tiene más "riñón" que el resto de competidores. En su caso, sin embargo, las dudas llegan desde el punto de vista estratégico. La dirección del banco en Londres decidió reducir su presencia en España a principios de año, ante las malas perspectivas económicas del país, y ya ha cerrado más de 130 oficinas y ha puesto en marcha un expediente de regulación de empleo para despedir a 700 trabajadores. Su intención era centrarse en el segmento de clientes de mayor poder adquisitivo. La compra de la CAM supondría un giro de 180 grados en esta estrategia, algo que no se descarta si la central de la entidad en el Reino Unido lo considera una buena oportunidad. En cualquier caso, los siete candidatos preseleccionados por el Banco de España para pujar por la CAM, nacionalizada desde el pasado julio, tienen hasta el próximo 24 de noviembre para estudiar los números de la caja y decidir si realizan una oferta en firme. Para entonces se espera que la EBA ya tenga los cálculos definitivos sobre las necesidades de capital de las entidades sistémicas, ya que las cifras facilitadas ayer son provisionales. |