El Banco de España puede rechazar el plan de la entidad alicantina, que intenta evitar que el Estado la nacionalice y releve a sus actuales gestores; También busca socios;
El consejo de CAM gastó ayer su último cartucho para tratar de evitar que la entidad caiga bajo el control del Estado, aunque es muy posible que no le salga bien. La caja anunció ayer que va a solicitar 2.800 millones de euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), con el objetivo de cumplir con los mínimos de solvencia y pasar los próximos test de estrés europeos.
No obstante, la entidad ha recurrido a una argucia legal para evitar que la inyección de capital del Estado sea masiva, y que el Frob tome una parte mayoritaria de su accionariado y el control de la gestión. Además, trata de evitar el relevo de sus gestores.
Una vía ya cerrada Según el esquema de CAM, el Frob le ingresaría 1.745 millones como capital puro y 1.055 millones como financiación para reestructurarse. Los expertos consideran poco probable que el Banco de España apruebe este esquema. La ventana que abrió el supervisor para solicitar financiación pública con el objetivo de que la entidades redujesen sus estructura (Frob 1) se cerró en junio de 2010. En principio, el criterio del supervisor ahora es que toda inyección sea de capital puro (el denominado Frob 2).
La caja alicantina, que preside Modesto Crespo, argumentará ante el Banco de España que quiere recuperar la parte de financiación pública que le correspondía de la operación de Banco Base –su alianza con Cajastur, que quedó rota el pasado miércoles–. La alianza solicitó 1.493 millones, de los que el 70% iba a parar a CAM (1.055 millones).
Con este plan, la entidad podría cumplir con los requisitos de solvencia necesarios para pasar las pruebas de resistencia a los que se va a someter a toda la banca europea a finales de abril. Además, la caja ha anunciado que traspasará todo su negocio a un banco para que el Estado pueda tomar una participación de capital, como exige la normativa. No podrá utilizar Banco Base, ya que todavía comparte el capital de esta ficha bancaria con sus antiguos socios.
Si el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, acepta el planteamiento de CAM, sólo tomará una participación minoritaria de esta entidad y los actuales gestores podrían continuar al frente de la caja. Si lo rechaza, como es previsible que haga, tomaría el control del consejo y podría relevar a los gestores.
La caja alicantina señaló ayer en una nota pública que las ayudas solicitadas ayer son inferiores a las que solicitó Banco Base (un total de 4.277 millones) en forma de financiación y capital. El elevado monto de ayudas fue la causa de la disolución de esta integración, ya que Cajastur, Caja Cantabria y Extremadura consideraban que esta cantidad y la debilidad financiera de CAM amenazaba con arrastrar al grupo de cuatro cajas al control del Estado. Las cifras de la caja alicantina y las de Banco Base no son comparables (ver información adjunta).
La entidad alicantina reseñó ayer que hasta el desembolso de las ayudas “hay plazo para que pudieran sumarse al proyecto otros posibles partícipes”. La tipología de los socios variará si el supervisor acepta la propuesta planteada ayer por el consejo de la caja o si, en cambio, toma su control.
En el primer caso, la entidad estaría en disposición de buscar socios entre las cajas, aunque los expertos ven pocas posibilidades de que pueda llegar a acuerdos. Si el supervisor lo rechaza, la situación sería distinta. El Frob tomaría su control y comenzaría a buscar una entidad que pudiese hacerse cargo de la entidad con un programa de ayudas públicas. En esta puja, los mejor situados serían Santander y BBVA. El principal atractivo de la entidad es su base de depósitos (44.200 millones) y su red en Levante. |