El Banco de España ha puesto en marcha la maquinaria para evitar una intervención de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y en esa tarea ha implicado directamente a los grandes bancos españoles; Ellos serán los que participen, en los próximos días, en una minisubasta en la que el Santander parte como principal favorito, seguido de cerca por BBVA, según aseguran fuentes próximas al supervisor;
Como ya adelantó este periódico el pasado miércoles, la institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez se habría dirigido a varias entidades para ofrecerles los activos de la caja alicantina antes, incluso, de que anteayer se hiciera oficial la ruptura de la alianza con Cajastur, Extremadura y Cantabria en Banco Base.
Según las mismas fuentes, el Banco de España se habría dirigido al Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell, Banco Popular e Ibercaja con distinta suerte. Aunque ninguna de ellas quiso hacer comentarios sobre el proceso, la mayor parte de las entidades se habrían mostrado remisas con diferentes argumentos.
Sin embargo, el Santander habría mostrado una mayor receptividad ya que, a través de esta adquisición podría ver cubierta su aspiración de crecer en una de las zonas de España en las que tiene una menor densidad de sucursales.
Pero, según las mismas fuentes, BBVA también es un candidato que el supervisor ve con agrado y que podría aprovechar para arañar los cinco puntos de cuota de mercado que la entidad se ha marcado como objetivo para los próximos años en el mercado español.
La invitación del Banco de España a una subasta que podría celebrarse este mismo fin de semana, también habría llegado a Ibercaja. Sin embargo, la caja aragonesa habría cogido con frialdad la oferta al entender que no encaja en la estrategia de la entidad aragonesa que, según apuntaba el presidente de la caja, Amado Franco, en una reciente comparecencia "no queremos ganar tamaño, a cualquier precio". La Caixa, la otra gran caja invitada a esta subasta, también habría eludido entrar en un proceso competitivo al estar absolutamente volcada en la construcción de su proyecto.
Los otros dos bancos medianos (Popular y Sabadell), a los que también habría llegado la propuesta de adquisición de la alicantina, habrían condicionado cualquier operación a un mecanismo de protección de activos.
Fernández Ordóñez abonaría, por tanto, el terreno para que sea una de las dos grandes entidades españolas las que tomen el control de la alicantina y, desde la que preside Emilio Botín, no se ha visto con malos ojos crecer en una zona donde tienen todavía un importante recorrido. Además, durante la presentación de los resultados anuales del banco que preside, también rechazó la fórmula del esquema de protección de activos optando por las adquisiciones puras.
Pero, ¿cómo se la adjudicaría? Según las fuentes consultadas por este periódico, la fórmula podría ser a través de un pago en efectivo o mediante acciones del propio banco que decida apostar fuerte en la puja por la alicantina.
Un ´agujero´ de 7.000 millones
Pero la principal incógnita a la que se enfrentan los participantes en la puja es la situación real de la caja. En fuentes próximas al Banco de España, se apunta a que la tasa de morosidad podría superar el 30 por ciento fruto de una exposición inmobiliaria del 22 por ciento. Y eso podría esconder un agujero del entorno de los 7.000 millones de euros. En contrapartida, daría al comprador una inyección de cuota de mercado superior al 2% y unos activos que superan los 70.000 millones de euros.
Pero en ninguna de las opciones que están sobre la mesa se plantearía la entrada del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con fondos públicos y el supervisor estaría poniendo especial cuidado en ese empeño para evitar que vuelva la desconfianza sobre España en los mercados internacionales, fruto de una nueva intervención a otra entidad financiera.
En cualquier caso, la solución de urgencia que busca el Banco de España vuelve a poner de manifiesto el fracaso de los mecanismos de reestructuración del sector financiero puestos en marcha por el propio supervisor. Que obligarían a la CAM a malvender sus activos o, por el contrario, a dejar en manos del FROB hasta el 80% del capital. |