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Economía | 10/07/2014

LUIS IZQUIERDO

La crisis del sistema financiero español se ha llevado por delante una de cada cinco oficinas y uno de cada seis puestos de trabajo en el sector. El resultado es menos oferta comercial a pie de calle y oficinas ligeramente más grandes principalmente fruto de las fusiones. Son los principales rasgos de la radiografía del sector financiero que dibuja la Memoria de la supervisión bancaria 2013, que ayer hizo pública el Banco de España.

Al cierre del último ejercicio quedaban en España 217.421 trabajadores de las 270 entidades financieras que han sobrevivido el terremoto económico de los últimos años. En sólo cuatro años, han desaparecido 52 entidades y perdido su empleo casi 46.000 personas, dejando la plantilla del conjunto del sector en 217.421 empleados. De ellos, algo más de 158.000 trabajan en la red de oficinas y 3.640 están catalogados como altos cargos.

Ha menguado la plantilla, un 17%, pero lo ha hecho en mayor medida la red de oficinas, que se ha quedado en 33.782 después de las diferentes fusiones consecuencia de la reestructuración del sector financiero. Han desaparecido casi el 22% de las que existían en el 2010 aunque, eso sí, han crecido de tamaño. De los 4,4 empleados por oficina con estaban dotadas en el año 2010 se ha pasado a 4,7 trabajadores por sucursal.

Ha menguado la plantilla, la red y también la oferta robotizada de atención, los cajeros automáticos. Estos se han reducido en la misma proporción que el número de oficinas y se han quedado en 46.841 puntos de atención permanente. Parece lógico que así sea teniendo en cuenta la considerable merma del principal negocio bancario, la concesión de préstamos. El crédito a la clientela ha caído un 16% desde el 2010 hasta situarse en un total de 2.202.825 millones de euros. El volumen de negocio ha caído en conjunto, pero no lo ha hecho por igual en todos los sectores. Empresas y familias han invertido la proporción. Si en el 2010 eran las compañías no financieras las que acaparaban el 53% del crédito, ahora son los hogares los que reciben el 51%. 

Probablemente por ese motivo, las diferentes entidades financieras parecen volcarse en los últimos meses con las pymes, donde creen que está el negocio de los próximos años. Por lo que se refiere a las familias, el peso del crédito ha retrocedido en lo vinculado al consumo, mientras que porcentualmente ha seguido creciendo en la vivienda, tanto en lo destinado a compra como a rehabilitación.

Por otra parte, durante el año pasado el Banco de España llevó a cabo 452 actuaciones de supervisión un 50% más que en el 2012. Todo esa actividad implicó que el supervisor enviara 47 escritos a entidades con 134 requerimientos relacionados con el riesgo de crédito, las políticas de gestión y control interno.

En la Memoria de la Supervisión Bancaria 2013, el Banco de España informó que se incoaron seis expedientes sancionadores a seis entidades. De estas una era un banco y el resto pequeñas sociedades de crédito. Aunque el supervisor no da datos sobre las entidades sancionadas, el banco al que se inició el expediente fue Banco de Valencia, si bien posteriormente quedó suspendido. La entidad fue intervenida por el Banco de España yadjudicada en subasta a CaixaBank. 

El Banco de España recuerda que el año 2013 estuvo marcado por el cumplimiento final de las condiciones del Memorando de Entendimiento con la UE.

El supervisor prevé un crecimiento del 2% en el 2015

El director general del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, aseguró ayer que todos los factores que apuntan a una salida de la crisis hacen creer que "habrá un fortalecimiento del crecimiento hasta tasas de expansión" cercanas al 2% del PIB en el 2015. Así lo aseguró Malo de Molina en la conferencia La recuperación económica y los nuevos escenarios financieros para las empresas en un acto organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección en Toledo. El Banco de España revisará sus previsiones macroeconómicas a finales del mes de julio y previsiblemente mejorará las cifras que planteó al cierre del primer trimestre del año, cuando estimó un crecimiento del 1,2% para este año y del 1,7% para el 2015. Malo de Molina señaló que estas posibles tasas de crecimiento "no son muy vigorosas" e incluso son "moderadas con respecto a las tasas de crecimiento del pasado", lo que se debe a que "hay parte del tejido productivo dañado por la burbuja inmobiliaria", y a que este sector "no aportará nada" a este crecimiento y "no será fácil que haya un recambio" para este sector. En cuanto a la coyuntura actual, Malo de Molina dijo que "hay indicadores que revelan un fortalecimiento gradual de la actividad", como el índice de sentimiento económico o el índice de los gestores de compra de las empresas, algo a lo que ha unido que "la confianza está mejorando y las expectativas también" lo que a su juicio "confirma el crecimiento". Para el directivo del Banco de España, la mejora del consumo en el país es uno de los ejes del crecimiento y a su juicio "ha sido visible en sectores como el del automóvil o en la inversión en bienes de equipo". 

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