A TRAVÉS DE UNA EMISIÓN DE OBLIGACIONES CONVERTIBLES
Los resultados de los test de estrés de Banca Mare Nostrum (BMN) ya tienen unos primeros perdedores. Y con mucho pedigrí. Se trata de las grandes fortunas de Murcia, Granada, parte de Cataluña y Baleares que hace un año suscribieron una emisión de obligaciones convertibles, que hoy valen prácticamente cero.
El banco resultante de la fusión de Cajamurcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra puso en marcha en octubre de 2011 una operación de recapitalización consistente en la emisión de 250 millones de euros en obligaciones convertibles en acciones. Ese importe representaba el 20% del capital de la institución y le permitía alcanzar un core capital del 9,2%, ligeramente por encima de lo exigido por la normativa del momento.
Aquella colocación fue vendida por BMN como un gran éxito gracias a “la gran demanda que ha generada”. Especialmente “por la participación de empresas basadas en las zonas naturales de BMN, que han querido materializar de esta manera su apoyo al banco”. Entre los que adquirieron esos valores estuvieron los dueños de El Pozo, la familia Fuertes, y García Carrión, los propietarios de Don Simón, de la que BMN es accionista, según distintas fuentes. Los suscriptores no fueon desvelados. Un respaldo que ahora se ha vuelto una trampa.
Los 2.200 millones que requiere el grupo financiero presidido por Carlos Egea (Cajamurcia) es más del doble de su capital actual, por lo que la dilución a los que compraron aquellas obligaciones es prácticamente del 100%. Las condiciones de la emisión aseguraban que los compradores gozarían de una protección antidilución en “las circunstancias y términos previstos en la legislación vigente y conforme a la práctica habitual en este tipo de operaciones”.
No obstante, y a falta de conocer esos detalles que no se concretan, como ha ocurrido en otros casos de empresas cotizados, los suscriptores suelen verse afectados de forma directa. Sobre todo a partir de ahora, ya que la inyección de capital público estará supervisada por la Comisión Europea. Las autoridades de Bruselas ya se han manifestado en contra de rescatar a los inversores. Al contrario, aboga porque asuman las pérdidas, como ha ocurrido con las preferentes.
Esos títulos, que ofrecían un tipo de interés del 8%, vencen en diciembre de 2014, momento en el que BMN tiene que hacer obligatoriamente la conversión. El valor atribuido a las acciones ordinarias de BMN a efectos de conversión es de 2,89 euros por acción. La entidad se comprometió a que las obligaciones cotizaran desde el momento de su emisión en el mercado Euro MTF de la Bolsa de Luxemburgo para dotarlas de liquidez, pero a día de hoy no tienen ningún cambio. Cada obligación tenía un precio de 150.000 euros.
Los gallegos, también pillados
Los murcianos no son los únicos que van a ver en problemas su inversión. La situación es parecida a la aportación de capital que hcieron las grandes fortunas gallegas en diciembre de 2011. Casi todos los grandes empresarios de la zona, con la excepción de Amancio Ortega, desembolsaron 70 millones de euros, que hoy valen cero. José Maria Castellano, el presidente de la caja gallega, les ha había pedido 150.
Entre los perdedores de BMN también está el Estado, es decir, el contribuyente, ya que el Fondo de Garantía de Reestructuración Bancaria (FROB) le inyectó algo más de 900 millones de euros para ayudar a la fusión de las cuatra cajas. La dilución es también considerable.
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