Un informe de Deloitte solicitado por el Frob para desentrañar el entramado inmobiliario desvela que Daniel Gil pidió una reserva de habitación una semana y un coche de alquiler
BERNAT SIRVENT | ALICANTE.
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«Algunos ejecutivos de la CAM compraron una vivienda en esta zona», concluye la auditora
Daniel Gil, el máximo responsable de la sociedad Tenedora de Inversiones y Participaciones (TI), participada de la CAM que servía para las incursiones en el negocio inmobiliario y hotelero de la intervenida Caja alicantina junto a dos socios de Benidorm, «se valió de su cargo para solicitar determinados favores personales para su hija» en el Caribe, adonde CAM inició proyectos en plena crisis con una empresa controlada por los capitalistas alicantinos. Así lo revela el exhaustivo informe de la auditora Deloitte, elaborado a instancias del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), o sea, el Banco de España para analizar las posibles operaciones irregulares de CAM a través de esta singular sociedad, que también sirvió para ocultar al fisco la venta de un hotel.
Los auditores de Deloitte analizaron la información informática de varios exdirectivos y empleados de CAM utilizando palabras clave para el rastreo como Isla Mujeres (zona de la costa mejicana en la que se han desarrollado varios proyectos de Valfensal). Esta sociedad está participada por un 70% por los empresarios Juan Ferri y José Baldó Llorens y por un 30% por TI, dependiente de la CAM y dirigida por Daniel Gil y, en última instancia, por el exdirector general de la Caja, Roberto López. Los ordenadores que fueron «indexados con técnicas informáticas» son los de López Abad, Aniel Gil, María Dolores Amorós, Charles de Rose Wallace (jefe de la filial Mediterranean), Agustín Llorca (exdirector adjunto), Vicente Sánchez (territorial de Alicante) y Milagros Cantó (exsecretaria de Amorós).
En un correo electrónico enviado el 5 de octubre del 2006 por la secretaria de Daniel Gil (que era director general de Empresas de CAM) a una empleada de Sandos (sociedad de la participada Grupo Valfensal) se solicita, «siguiendo instrucciones de Daniel Gil» y teniendo como destinatario a Juan Ferri, una reserva de una habitación doble a nombre de su hija. Se trata de la hija de quien aprobaba nuevas inversiones en el Caribe en plena crisis (año 2009), junto a López Abad y contra el criterio de la comisión de riesgos, cuando no la ocultación de información, según explican los técnicos de Deloitte. La reserva es para el Hotel Gala de Cancún para una semana del 2 al 11 de junio. Además, Daniel Gil pide «determinados favores personales adicionales». Se trata de un chófer para el día de la llegada para llevar a su hija al hotel y otro para, una semana después, devolverla al aeropuerto de México DF. «Asimismo, me indica (el señor Gil) que hagáis las gestiones oportunas para que tengan un coche de alquiler durante los días de estancia en Cancún». «De lo anterior, se podría desprender que Daniel Gil ha podido llegar a valerse de su posición en CAM y de su relación con Juan Ferri (socio de Valfensal) para solicitar determinados favores personales para su hija», explica el auditor de Deloitte.
El hotel Gala de Cancún es una de las operaciones que investiga la auditora para desentrañar el entramado inmobiliario y hotelero de CAM en Méjico y República Dominicana, zona preferente de actuación de Valfensal. Otra es la del hotel Caracol y la parcela H-3 de República Dominicana (con el pago de una comisión de intermediación de 10,4 millones de dólares a través de un paraíso fiscal, mientras el importe del suelo fue de 5,3 millones). La auditora también trata de esclarecer, a petición del Frob, si varios de los exdirectivos de CAM compraron viviendas en el Caribe, algo que ya era ´vox populi´ en el consejo de administración anterior la intervención del pasado 22 de julio, pese a que ninguno de sus miembros lo planteó en reunión alguna en los últimos cinco años.
El rastreo de ordenadores desliza que hubo compras, aunque no se aclara quién tiene loft o apartamento en Isla Mujeres, en la península del Yucatán, junto a Cancún. «Algunos directivos de CAM adquirieron una vivienda en esta zona», aunque no detalla más el informe de Deloitte. El estudio reitera en varios de sus pasajes que los socios de CAM en el grupo Valfensal disponían de fondos concedidos por la entidad sin apenas necesidad de justificar su destino y siempre con artimañas de ingeniería contable. Tabimed, la tasadora de CAM, no aparece en ninguna operación.
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