JOAQUIM CLEMENTE. Hoy Son los nuevos referentes de las principales entidades financieras valencianas o aspiran a serlo. La crisis de Bancaja, CAM, Banco de Valencia y Ruralcaja ha apartado de la primera fila a los antiguos hombres fuertes dejando paso a nuevos nombres que tienen ahora en sus manos el futuro del negocio bancario en la Comunitat Valenciana
VALENCIA. El cambio radical que ha registrado el panorama financiero valenciano tiene como consecuencia una profunda remodelación de los referentes en las entidades finanieras vinculadas a la Comunitat Valenciana. Los nuevos hombres fuertes de la banca valenciana ya no son aquellos presidentes de las cajas o los directores generales de una entidades independientes. Con las fusiones o ventas de Bancaja, CAM, Banco de Valencia y Ruralcaja se está conformando la nueva clase financiera local que controlará las delegaciones territoriales a las que se han visto reducidas las antaño orgullosas cajas valencianas. Los nombres que aparecen a continuación están diseñando el futuro del nuevo sector financiero en la Comunitat.
"Aunque en realidad quien tiene en su mano el botón rojo es Rodrigo Rato. De lo que él sea capaz de conseguir en su intención de salvar Bankia, dependerán tantas cosas que hay que seguir de cerca sus negociaciones para superar un match point para la entidad. Que logra convencer a De Guindos y al Banco de España, todo seguirá igual, pero si no, se abrirá un nuevo escenario para todos", explica un miembro del consejo de una de las entidades financieras antes mencionadas. Pero mientras llega ese momento, los nuevos directivos van tomando posesión en sus despachos y dibujan el mapa financiero de la Comunitat para los próximos años.
1 y 2. Antonio Soto y José María Martínez, directores de los departamentos de particulares y de empresas de Bankia en la Comunitat Valenciana respectivamente. Son los máximos responsables del negocio del banco en el territorio natural de Bancaja. Soto se incorporó a la sede de Pintor Sorolla las pasadas Fallas procedente de la dirección territorial de Andalucía de Bankia (antes Caja Madrid, entidad de la que procede). Martínez es un ‘hombre de la casa´. Formaba parte del organigrama de Bancaja antes de la fusión y ahora es el contacto más directo que los empresarios valencianos tienen en el banco. Ambos tendrán que ganarse a una clientela recelosa con los cambios. La profunda implantación de la entidad en la economía y la sociedad valenciana es un arma de doble filo: por una parte es un punto a favor para luchar contra la competencia, ya que cuenta con una amplia base de clientes que otros tienen que ganarse a pulso. Pero al mismo tiempo los cambios que se han vivido con la transformación de Bancaja en Bankia han levantado algunas ampollas, especialmente entre los empresarios, que han visto que su caja de referencia ha perdido con la fusión parte de la cercanía a la que estaban acostumbrados.
Soto y Martínez forman un tándem que, de igual manera, tendrá que ir imponiéndose en la sede de Bankia en Valencia, donde aún resiste en la última planta el presidente de Bancaja, José Luis Olivas. Al mismo tiempo, algunos grandes empresarios pueden tener la tentación de puentearles para recurrir directamente a Francisco Pons, vicepresidente de Bankia. El encaje de todas estas piezas será fundamental para que la entidad desarrolle la actividad con la mayor normalidad posible.
3 y 4. Miguel Montes y Jaume Matas. Futuro director general de SabadellCAM y responsable del negocio en Valencia de la antigua Caja del Mediterráneo en Valencia. Son los nuevos referentes de la CAM. El primero será el hombre fuerte de todo el negocio. Estrecho colaborador del presidente de Sabadell Josep Oliu y del consejero delegado, Jaume Guardiola, lleva ya unos meses en Alicante preparando el desembarco definitivo de la entidad vallesana en CAM. Matas, por su parte, ha añadido a su responsabilidad anterior como delegado territorial de Sabadell en Valencia el peso de la caja alicantina. A su favor, el conocimiento de terreno que pisa.
El banco catalán quiere ampliar su cuota de mercado en un territorio en el que históricamente ha intentado entrar pero en el que se encontraba con dos entidades locales que copaban la mayor parte del negocio: Bancaja y CAM. Con el control de la segunda, los retos que se le presentan a Montes y Matas son, por una parte, recuperara la confianza de los clientes en la caja, muy afectada en su imagen tanto por la quiebra como por el papel de los antiguos directivos. Como contrapeso, la buena imagen del Sabadell y la posibilidad de pescar en el caladero de descontentos con Bankia. Los primeros contactos con los empresarios valencianos ya se han producido -una reunión en la Cámara de Comercio a la que no se dio publicidad- pero aún está pendiente una presentación formal de Montes ante el mundo empresarial valenciano, al estilo de la protagonizada hace unas semanas en Alicante.
5. José Antonio Iturriaga. Acaba de aterrizar en Banco de Valencia procedente de CAM para reforzar al equipo de administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de cara al proceso de colocación de la entidad. Aunque llega en la recta final de la intervención de la entidad por el Banco de España, el papel de Iturriaga se antoja relevante. En su etapa en CAM fue la cara ‘amable´ de los administradores del FROB. Un papel que, en Valencia, no han desarrollado ninguno de los tres inspectores enviados tras la toma de control del supervisor. Preparar la inminente junta general de accionistas y establecer puentes entre los socios históricos del banco y los futuros compradores será su trabajo en los próximos meses. Aunque la subasta está en marcha y la previsión es que Banco de Valencia se adjudique antes del verano, el ejemplo de CAM demuestra que tras la venta oficial transcurrirán varios meses en los que los nuevos dueños compartirán despachos con los gestores del FROB en los despachos de la sede del banco. Diseñar la transición es una tarea que tiene trascendencia, especialmente para saber qué papel jugarán los antiguos miembros del consejo y accionistas locales en la futura estructura. 6 y 7. Carlos Egea y Ángel Ron. Presidentes de Banco Mare Nostrum y de Banco Popular respectivamente. Son, según todas las fuentes, los principales candidatos a quedarse con el Banco de Valencia. El primero más que el segundo, aunque en los últimos días han aumentado de forma notable las señales del interés del segundo.
De los dos, el que ya lleva camino recorrido es Egea. A los accionistas históricos del banco les parece una buena opción y les agrada el talante del histórico hombre fuerte de Cajamurcia. Egea se ha reunido en privado con algunos de los socios de Banco de Valencia para preparar el terreno.
La candidatura de BMN sigue, por tanto, siendo la más fuerte en la puja. Sin emabargo, en las últimas semanas se ha producido un movimiento auspiciado por el Gobierno que puede introducir matices inesperados. Economía vería con buenos ojos que los cuatro grupos de cajas medianas -BMN, Liberbank, Unicaja e Ibercaja- protagonizaran una fusión a cuatro. No parece que el proyecto vaya a cuajar a corto plazo, pero el mensaje del ministro Luis de Guindos apunta a una vía distinta a la deseada por Egea, y con esa presión deberá lidiar.
Ron, por su parte, ha puesto en marcha la maquinaria para participar en una subasta en la que, de ganarla, el Popular lograría tiempo y fondos para aliviar la digestión del Pastor, entidad que ha absorbido sin ayudas públicas. De momento, mantienen silencio oficial sobre la operación.
8 y 9. Juan Antonio Gisbert y Rafael Carrau. Consejero delegado de Cajas Rurales Unidas (grupo en el que se ha integrado Ruralcaja) y subdirector general de grupo CRM respectivamente. Gisbert se integra en la estructura del grupo que ha formado con Cajamar. Tras fracasar su intento de liderar un grupo cooperativo sin caer en las manos de su princiapal competidor, Ruralcaja se ha diluído en CRU como única vía para salvar ´los trastos´. Desde que fue nombrado consejero delegado, el histórico directivo bancario no ha dado señales de vida, lo que apunta a que está centrado en el desarrollo de CRU, grupo al que se espera incorporar a nuevos socios en ese proceso de consolidación siempre pendiente del sector del ahorro cooperativo A Carrau le corresponde gestionar el negocio propio de CRM e intentar ampliar la base de cooperativas que lo forman. No lo va a tenere fácil, ya que el resto de rurales que subsisten en solitario quieren seguir en solitario siempre que sus balances se lo permitan, al tiempo que recelan de la pérdida de autonomía que supone entrar en una fusió. Carrau sabe de qué hablan. No en vano él mismo impulsó Crèdit, ahora integrada en CRM pero durante años refugio de aquellos que no quería estar bajo el paragüas de las Caja Rural de Valencia. Todo sin olvidar la necesidad de sanear unas cuentas deterioradas que obligaron a Ruralcaja a ceder a su pesar, y pactar con Cajamar.
10. Rafael Soriano. Presidente de Caixa Ontinyent. La ‘caixa de les comarques´ resiste en solitario y lo hace sin alterar su estructura como caja de ahorros. Soriano se mantiene al frente de una entidad que se resiste a incorporarse a los procesos de concentración amparándose en unos ratios de solvencia que le permiten esa independencia. Soriano tiene como reto mantener la confianza del Banco de España. Si supera ese trance, Caixa Ontinyent será el único referente de cierta entidad -aunque a años luz de sus competidores históricos- 100% valenciana. La caja de ahorros de la Vall d´Albaida puede entonces jugar una baza casi sentimental para crecer. En todo caso, el tamaño de la entidades financieras sí importa, especialmente a la hora de ofrecer financiación en mejores condiciones que la competencia. Saber cuál es el límite de un futuro crecimiento, evitando los errores cometidos por otros en el pasado, será la principal asignatura que deberá aprobar Soriano y la CAO para poder mantener su identidad en un mercado altamente concentrado.
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