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PERE ROSTOLL Las dificultades de la Generalitat para "vender" la emisión de bonos patrióticos asfixia las cuentas autonómicas y, a día de hoy, limita por completo su liquidez. Es una situación que cada vez se complica un poco más. De hecho, a dos días de que se cierre el plazo para suscribir el paquete de deuda, el Consell no ha logrado colocar ni siquiera la mitad de los 1.800 millones de euros que puso en el mercado a un interés que llega al 5,5%. Eso impedirá que, a corto plazo, la Generalitat pueda disponer de fondos suficientes para poder pagar a sus proveedores que, como las farmacias, ya han agotado la paciencia y se han echado a la calle. Alberto Fabra, de momento, busca otras alternativas para lograr liquidez y rechaza la subida de impuestos -hasta un 3% del tramo autonómico del IRPF- que le propuso ayer la plana mayor de la patronal con la que se reunió en el Palau.
La colocación de bonos por importe de 1.800 millones -ampliable hasta un límite de 2.607- era la solución que el Consell planteaba para saldar los 1.581 millones de la emisión de hace un año -vence el próximo 22 de diciembre- y disponer de un cierto margen económico para poder acallar a los proveedores. Esos planes, sin embargo, se han torcido. La confianza de los mercados en la Comunidad es mínima. Ni siquiera con una rentabilidad superior en un punto, por ejemplo, a la que se está pagando en los últimos días por la deuda española, los inversores se animan a comprar la de la Comunidad. De hecho, por ahora, la emisión de bonos no se ha cubierto ni a la mitad. La Generalitat, en las 48 horas de plazo que aún restan, espera llegar a unos 1.000 millones, de los que 800 ya están asegurados a través de las entidades emisoras. Pero, con eso, no tendría ni para saldar las obligaciones pendientes de la emisión de hace un año ni mucho menos para poder adelantar líquido a los proveedores. 
La Generalitat, este sentido, está buscando otras salidas. Alberto Fabra, de hecho, negocia con los bancos -el pasado viernes se produjo un encuentro en esa dirección- para poder cubrir los 800 millones que restan de la actual emisión y poder saldar la que vence en unos días. Seguiría sin quedar dinero para pagar a proveedores. El Consell, en este sentido, se está planteando lanzar una nueva emisión de bonos y, con Mariano Rajoy ya instalado en La Moncloa, mantendrá su reivindicación de gestionar paquetes de deuda pública a través del Estado. Tampoco puede echar mano Fabra del presupuesto ordinario para hacer frente a este escenario tan complejo. Los mercados están empezando a rechazar la renovación de pólizas de crédito y al Consell no le ha quedado otra solución que recurrir a la caja para pagar, decisión que frena la ejecución del presupuesto y que deja a la Generalitat sin apenas liquidez.
Esa es la receta que, de momento, está intentando aplicar Fabra pero que, sin embargo, no coincide demasiado con la que los empresarios le propusieron anoche durante una cita en el Palau. El presidente de Mercadona, Juan Roig, por ejemplo, propuso ganar ingresos incrementando el tramo autonómico del IRPF en un 3% de forma lineal. Es decir, recaudar más dinero a través de una subida de impuestos, algo a lo que Fabra se negó en redondo. Es imposible toda vez que ya no se puede incluir en la Ley de Acompañamiento pero, sobre todo, porque Rajoy no está de acuerdo con esa solución.
La patronal también reclamó a Fabra más recortes en todos los departamentos de la administración autonómica. Desde Canal 9 hasta los departamentos de Educación y Sanidad. El titular del Consell, sin embargo, defendió las medidas que, hasta ahora, se han tomado y se mostró convencido de que darán resultado. Fabra defendió una regla de gasto que, para el año 2012, se ajuste por completo al volumen de ingresos. Y, en esta tesitura, reclamó un esfuerzo para poder cumplir con los objetivos de déficit que la Comunidad rebasa ampliamente y trató de calmar a los empresarios, que asumieron el mensaje, sobre el impago a proveedores. 

"Estamos estudiando otras opciones de financiación"
El conseller de Economía, Industria y Comercio, Enrique Verdeguer, aseguró ayer que la devolución de los bonos colocados en 2010 "está absolutamente garantizada" y que, a dos días del cierre de la emisión actual y a la espera de conocer su resultado, estudian "otras opciones de financiación en los mercados". Así lo señaló en declaraciones a los periodistas durante un acto en Valencia al ser preguntado por la marcha de esa tercera emisión de bonos a minoristas, una vez que el martes se informara de que se habían superado ya los 800 millones de euros asegurados por las once entidades que actúan como colocadoras. Al respecto, Verdeguer recalcó que "hasta el viernes no acaba la emisión" y que, según manifestó en repetidas ocasiones, la devolución de los bonos correspondiente a la emisión de hace un año "está absolutamente garantizada". "Nuestro compromiso financiero no cabe ninguna duda de que lo vamos a asumir", zanjó. El titular de Economía apuntó, a su vez, que, al margen de esas emisiones de bonos minoristas, "hay otras opciones de financiación en los mercados", que en la actualidad están "analizando, tratando y estudiando" para obtener liquidez y hacer frente a sus compromisos. Esta emisión de bonos de la Generalitat se ha encontrado con importantes trabas para salir adelante. A la falta de confianza de los mercados en el Consell, se suma, además, que otras autonomías como Cataluña también han lanzado, al mismo tiempo, paquetes de deuda a través de bonos patrióticos por un importe, incluso, muy superior. El Gobierno de Artur Mas ha puesto en el mercado nada menos que cuatro mil millones de euros en bonos patrióticos. efe

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