Bancaja, ahora integrada en Bankia, y la CAM ultiman sus procesos para garantizar su futuro en el sistema financiero
El proceso de restructuración del sistema financiero alcanzará este mes su punto culminante. Bancaja, enrolada en el proyecto de Bankia, y Caja Mediterráneo —de momento en solitario tras la operación frustrada del Banco Base— se juegan su futuro, aunque por dos vías claramente diferenciadas.
La entidad que preside José Luis Olivas debutará en Bolsa el próximo día 20. Hasta ahora, las oficinas han detectado un creciente interés por adquirir acciones. Sin embargo, todavía es pronto para determinar el éxito de la operación, con la que Bankia pretende obtener los fondos necesarios para asegurar sus necesidades.
El objetivo de Bankia pasa ahora por captar entre 3.636 millones y 4.580 millones de euros, dependiendo del precio al que finalmente cotice en el parqué. La entidad que comandan Rodrigo Rato y José Luis Olivas cuenta inicialmente con datos que generan optimismo entre sus principales ejecutivos. De hecho, su cotización situará entre el 49% y el 54 % sobre su valor en libros (y del 70% del valor de los fondos propios previos a las colocación).
La salida a Bolsa de Bankia se sumará a la del consolidado Banco de Valencia, principal referente de la Comunidad Valenciana hasta la fecha en los mercados bursátiles.
En el sector financiero, no obstante, se espera con inquietud la valoración final de la nueva entidad, que determinarán los propios mercados. Una de las entidades que observa de reojo el devenir de la operación de su vecina es Caja Mediterráneo (CAM).
La entidad alicantina ha seguido un camino distinto. Tras la ruptura por parte de sus antiguos socios —Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria— del Sistema Institucional de Protección (SIP) que había creado el Banco Base, la CAM ha emprendido su camino en solitario y bajo la amenaza de la nacionalización.
El equipo que lideran Modesto Crespo y María Dolores Amorós juega varias bazas para evitar la intervención estatal. La CAM no está, ni de lejos, en disposición de extender su aventura bursátil más allá de las actuales cuotas participativas. Una modalidad en la que la caja alicantina fue pionera en España. La entidad tiene cerca un preacuerdo con el fondo de inversión estadounidense JC Flowers que supondría una inyección de 800 millones de euros equivalentes al veinte por ciento de su capital. En paralelo, la caja alicantina pedirá 1.031 millones de euros de ayuda financiera al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. La entidad pretende emitir esta cantidad en participaciones preferentes. Con este préstamo y la entrada de un socio privado, la CAM podría cumplir con los nuevos requerimientos de capital impuestos por el Banco de España, que oscila entre el 8% para las cajas que salgan a Bolsa o tengan inversores privados, frente al 10% para el resto.
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