- ´El futuro de las cuotas será el que el Banco Sabadell quiera atender´
Los administradores provisionales de Caja Mediterráneo (CAM) trabajan en la convocatoria de una asamblea general en la que, entre otras medidas, se aprobará la amortización de las cuotas participativas -cuyo valor actual es "cero"- y se pedirá su baja de cotización.
Así lo ha anunciado este miércoles en la comisión de investigación de las Cortes Valencianas sobre la CAM uno de los administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Banco CAM, José Antonio Iturriaga, quien ha anunciado además que la asamblea acordará la creación de una fundación de carácter especial que asuma la obra social de la entidad.
Iturriaga ha destacado sobre las cuotas participativas que la Comisión Nacional del Mercado de Valores aprobó el folleto y que la CAM fue la única entidad que las emitió -a pesar de la "dulce oposición" del supervisor- para acometer su expansión exterior.
Ha recordado que esas cuotas son análogas a las acciones, pues su valor va en consonancia con el de la entidad, de forma que cuando la Caja de Ahorros del Mediterráneo perdió la participación en Banco CAM del 100% eso generó unas pérdidas de 1.800 millones de euros, lo que supuso que las cuotas participativas perdieron "la totalidad del valor".
El valor, a cero
A su juicio, el valor de esas cuotas a 31 de diciembre de 2011 era "cero", y por tanto la CAM "no tiene que hacer frente a ningún pago derivado" de esas cuotas, a pesar de que el presidente de la comisión de control haya vinculado "de forma errónea" la obra social a las cuotas, ya que no tiene "nada que ver una cosa con la otra".
Iturriaga considera sobre el futuro de estas cuotas que será el que el Banco Sabadell "quiera atender", y que según han adelantado será aplicar criterios similares a los que han utilizado con sus participaciones preferentes, y ha destacado que las cuotas no pueden estar en Banco CAM, porque es un producto específico de una Caja de ahorros.
Sobre la obra social, ha explicado que el 22 de julio de 2011 -día de la intervención por el Banco de España- tenía asignados 38,4 millones de euros, de los que se había gastado el 50%, y que ahora se convertirá en una fundación de carácter especial con un patrimonio fundacional de entre 135 y 140 millones de euros, el pasivo de la Caja.
Iturriaga ha explicado que la fundación cuenta con un Plan estratégico a cinco años, y ha asegurado que aunque la nueva fundación no tuviera un solo recurso adicional, durante los próximos siete u ocho años podría seguir funcionando con el mismo nivel de actividad.
Ha señalado que se han elaborado unos estatutos de la fundación entre los administradores provisionales, los consellers de Economía y de Justicia, el Instituto Valenciano de Finanzas y Banco Sabadell, que se someterán a la asamblea general.
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