Regresa a la primera línea de batalla con su inminente desembarco en otra entidad dela Comunitat, Ruralcaja, tal como se ha confirmado esta semana, en la que pretende abrir un nuevo periodo de estabilidad y de mejora de resultados en la misma tras los contratiempos de los últimos años.
El 18 de enero de 2001, pocas semanas antes de salir a la calle LAS PROVINCIAS de Alicante, Juan Antonio Gisbert García, abandonaba la dirección general de la CAM, al quedarse sin apoyos en el consejo de administración, tras enfrentarse al entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que intentaba la fusión con Bancaja. Aparcaba entonces el sector financiero para regresar a la docencia universitaria. Ahora, siete años después, regresa a la primera línea de batalla con su inminente desembarco en otra entidad dela Comunitat, Ruralcaja, tal como se ha confirmado esta semana, en la que pretende abrir un nuevo periodo de estabilidad y de mejora de resultados en la misma tras los contratiempos de los últimos años.
Gisbert, considerado una mente privilegiada en el mundo económico, accedió a la cúpula directiva de la entonces Caja de Ahorros del Mediterráneo en marzo de 1992, tras muchos años de actividad en la misma y después de un largo paréntesis en que ocupó varios cargos en la Administración socialista valenciana. Y es que fue director general de Economía de la Generalitat entre octubre de 1985 y septiembre de 1987, con Antonio Birlanga como conseller y bajo la presidencia de Joan Lerma. Un cargo al que añadió hasta 1989 el de Política Financiera.
El proceso de fusión con la CAPA (Caja de Ahorros Provincial de Alicante) fue determinante para elevarle desde la secretaría general a la dirección de la entidad de ahorros en la década de los 90. Durante su mandato, la CAM pegó un importante salto adelante y se posicionó dentro del grupo de referencia de las cajas españolas.
Sin embargo, más allá de su talento como gestor, su afinidad al partido socialista fue finalmente un lastre definitivo para su pervivencia en la entidad en un momento en el que el PP irrumpía como poder dominador en toda la Comunitat.
El blindaje de su contrato le permitió una salida pactada con una indemnización millonaria -se llegó a hablar de 500 millones de las antiguas pesetas- y le devolvió a la docencia como profesor de Teoría Económica de la Universidad de Alicante (UA). Y es que su titulación es de Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia.
Tras unos años en las aulas, en 2004, con el PSOE de nuevo en el Gobierno español, aceptó acompañar al también ex conseller socialista, Aurelio Martínez, al frente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), para asumir la responsabilidad de director del área de negocios. Entre sus funciones estaba la supervisión de actuaciones de las unidades orgánicas encargadas de diseñar, formalizar, gestionar y administrar los instrumentos financieros relacionados con las operaciones de activo.
Estas tareas tocan a su fin ahora, con la inminente vuelta de este gestor alicantino, de 56 años, desde Madrid hasta Valencia, donde tiene Ruralcaja su sede central. Además, algunas fuentes apuntan que lo hace por imposición del Banco de España para poner orden en una entidad que parece estar sufriendo la crisis más que otras. Con el aterrizaje de Gisbert, la cooperativa de crédito buscará tanto estabilizar su estructura -tras dimitir el hasta ahora director Juan José Arrieta, que ha estado algo más de un año en el cargo-, como reforzar su peso financiero.
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