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Luis Prats Pérez. Gracias por arruinar sus vidas y conducirlos a la desesperación de ver cómo a cierta edad las posibilidades de encontrar trabajo se tornan quimera en una sociedad en la que la cuarta parte de la población activa está sumida en el desempleo. Gracias porque tras décadas de trabajo, han terminado en la cola del paro para poder cobrar la prestación de desempleo. Gracias por haberlos llevado de la mano al abismo laboral, gracias por darles ese empujoncito necesario para la caída libre en el abatimiento cuando las canas van ganando la partida.
Todo os lo deben a vosotros dos y al resto que os acompañaban en el ya tristemente famoso comité de dirección. Mientras vosotros os dedicabais como alegres preuniversitarios a jugar con la entidad al monopoly, comprando terrenos, concediendo préstamos, construyendo hoteles, promoviendo urbanizaciones y descapitalizando a la tesorería en inversiones suicidas, y recibiendo al tiempo como premio elevados emolumentos de vuestros compinches del consejo de administración, en evitación de "fuga de cerebros" nunca pretendidos, estabais cavando la fosa donde sepultar la caja que os catapultó donde nunca debisteis llegar, y a cientos de empleados y millares de clientes, que han visto como sus vidas se han deteriorado por vuestras incontables ineptitudes, imprudencias e irregularidades contables.
Gracias a vuestra horrible gestión, los empleados se ven huérfanos de sindicatos que les defiendan ante la cicatería de los nuevos dueños, que vienen aprovechándose de la debilidad de aquéllos para imponer entre la plantilla una ley del silencio que permite abusos por doquier como una habitual prolongación de la jornada y trabajos vespertinos hasta en festivos. El temor a verse en negro sobre blanco en un expediente de regulación, lleva a la comprensible aceptación de excesos en la aplicación subjetiva de una legislación laboral profanada. Gracias a vosotros, el Sabadell sigue echando balones fuera cuando ya viene siendo hora de que se responsabilice de su gestión al frente de la entidad que adquirieron y a la que por el momento tratan con manu militari, intentando presentar como corresponsables de la caída de la CAM a los trabajadores que se limitaron como mucho a cumplir órdenes del mismo modo que lo hacen con ellos. Mejor les iría usar guante de seda con un personal que se ha visto traicionado por sus dirigentes y con una clientela que en casos ha sido desposeída de los pocos ahorros que venía guardando durante toda una vida de trabajo y sacrificios.
Y a todo esto, va el Hércules y les resarce emocionalmente, pero más que a nadie a los más de mil doscientos trabajadores afectados por el ERE. No sabemos si al equipo herculano le servirá de algo la victoria ante el Sabadell, sobre todo si tenemos en cuenta que sigue presidido por el mercenario impuesto por el propietario, empeñado en dejar al equipo en la misma categoría en que lo cogió a pesar de los goles de su yerno. La Nova Creu Alta debiera ser punto de inflexión del Hércules en su lucha por la salvación, y desde Plaça Catalunya 1, inicio del tratamiento en plano de igualdad de todos los trabajadores del grupo financiero vallesano, y de una nueva filosofía a aplicar para con la marca Sabadell Cam de sus actuales propietarios, cuando ya su cuenta de resultados no se resiente y va camino de los ansiados beneficios.

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